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Venezuela


PETROGLIFOS DE VIGIRIMA: Dos yacimientos de arte rupestre de la cuenca del lago de Valencia, estado Carabobo, Venezuela 206v26

Leonardo Pez [email protected] Sociedad para el Estudio de las Manifestaciones Rupestres de Venezuela (SEMARVE)

A Yuraima, compaera de vida.
A Brisna y Jess, frutos de nuestro amor.
A la memoria de mi abuela materna.
A mis ancestros aborgenes.

Prefacio 6b191k

Leonardo Pez se revela en el presente trabajo como un conspicuo investigador del Arte Rupestre, haciendo, incluso, valiosas propuestas al desarrollo de esta disciplina, partiendo de las interpretaciones de los grandes maestros de los ltimos dos siglos que anteceden al que recin comienza, hecho que pone de relieve su acuciosidad biblifila y su capacidad interpretativa.

Leonardo Pez aborda el mundo grfico prehispnico incursionando en la belleza de los smbolos elaborados por los artesanos del pasado, reproducindolos para la contemplacin y iracin de propios y extraos. Hoy, donde l mismo se reconoce con modestia como un artesano, inspirado en la prehistoria venezolana, hemos de reconocerle meritoriamente, como un verdadero artista, meticuloso, esmerado y perseverante. Sin embargo, Leonardo no se conform nunca con su acopio de smbolos, l traspas el umbral de la imagen escudriando y desentraando su significancia para llegar al mundo de los hombres que plasmaron tales diseos en las rocas, con extraordinaria habilidad plstica, compenetrndose de tal manera con la investigacin antropolgica, que hoy se nos perfila como un “rupestrlogo”, tal como se autodenomina, para usar el trmino, acuado por l mismo; por cierto, de autntico valor lingstico entre los investigadores que laboramos en el rea.

Una de las problemticas ms complejas a la que el autor del presente trabajo intenta dar respuestas, es compartida por muchos investigadores de esta materia y ella no es otra que establecer horizontes estilsticos de los grabados, sus cronologas, su finalidad y sus autores. La ardua tarea comienza por relacionar los fechamientos arqueolgicos de los restos seos y cermicos aportados por los poblamientos neoindios “Barrancoides” y “Valencioides”; tales fechamientos han sido ampliamente validados durante el siglo pasado, situndose la fecha ms temprana de arribo del primer poblamiento (Barrancoide), a la ribera oriental del Lago de Valencia, en los albores de la era cristiana (siglo I), mientras que la fecha establecida para el poblamiento Valencioide ha sido situada en el siglo VII de la misma era, en la margen occidental del Lago.

Los autores de las postrimeras del siglo que acaba de transcurrir han aportado bastante comprensin en lo que toca al tipo de relacin que surgi entre los dos grupos que arribaron a esta regin lacustre. Las evidencias apuntan hacia un proceso de integracin de ambas culturas, las que intercambiaron patrones arquetpicos claramente observables en los objetos cermicos del grupo Valencia. As, se asume que no hubo desplazamiento de un grupo por otro y que la segunda oleada de poblamiento se integr a la primera en forma pacfica. La razn de esta integracin no fue otra que la inexistencia de “barreras idiomticas”, puesto que ambos grupos tuvieron un origen comn y procedan de una misma regin geohistrica, ubicada al noroeste de lo que hoy es el territorio colombiano, en consecuencia, hablaban la misma lengua arawaka.

Autores del siglo pasado, no todos, coinciden en afirmar que los petroglifos carabobeos son consecuencia de los aportes de los dos grupos mencionados, parcialidades tnicas de filiacin lingstica arawaka, que permanecieron en la regin por ms de 1500 aos, dejando una muy clara huella de su permanencia en la toponimia y la lexicologa que hoy heredamos sus tan mestizados descendientes.

Los petroglifos del Valle del Ro Vigirima, como otros yacimientos carabobeos, son un registro fiel de todo el proceso de desarrollo histrico que aconteci en esta porcin de la cuenca lacustre y, a travs de ellos, puede evidenciarse la manufactura de numerosas generaciones que mantuvieron vivo el yacimiento de “Piedra Pintada” y otos aledaos, como importantes centros de prcticas ceremoniales. Reconstruir este proceso de desarrollo histrico, a travs del estudio del Arte Rupestre es el reto concreto que se nos plantea en este momento, de all la importancia de sistematizar en los registros tal como lo plantea el autor del presente trabajo.

Los inventarios de petroglifos de los yacimientos de “El Junco” y “Los Colorados” en las inmediaciones de la media montaa del Cerro “Las Rosas”, son los primeros en ser sistematizados para su estudio y difusin, en el mbito del Valle del Ro Vigirima. Nuestro equipo de trabajo, en el que se halla incluido Leonardo, da inicio a la etapa de arqueo de campo, reconocimiento y registro de yacimientos de grabados aborgenes presentes en el Valle, para su ulterior interpretacin y difusin, precisamente en los albores del siglo XXI.

Omar Idler
Diciembre, 2003

Introduccin 1t6t4k

La presente investigacin es el resultado de las exploraciones realizadas para la ubicacin de nuevos yacimientos de petroglifos, en los sectores El Junco y Los Colorados del cerro Las Rosas, estribo montaoso de la vertiente sur de la Cordillera de la Costa, bajo jurisdiccin del Parque Nacional San Esteban, zona nor-occidental de la Cuenca Hidrogrfica del Lago de Valencia, Municipio Guacara, Estado Carabobo. Tiene como objetivo contribuir con el registro, divulgacin y defensa de este invaluable legado, fruto tangible del arte creador de los primigenios pobladores de lo que hoy se conoce como Venezuela.

La mayora de las investigaciones sobre petroglifos en el valle de Vigirima se circunscriben al estudio del yacimiento Piedra Pintada. La localizacin de grabados sobre piedra en las montaas que circundan este territorio ha sido abundante, pero la informacin y registro de tales hallazgos incipiente, a pesar de ser una de las regiones ms ricas del pas en Arte Rupestre. Pocas son las referencias que proporcionen pruebas o noticias de su existencia, ejemplo de esto lo constituye el material rupestre localizado en el cerro Las Rosas, documentado parcial y fragmentariamente.

El Arte Rupestre en general representa una fuente de informacin para la reconstruccin del tiempo prehispnico, expresin cultural de nuestros primeros habitantes que afortunadamente se conserva hasta hoy. Constituye un elemento a ser estudiado dentro del contexto arqueolgico y no de manera aislada. Como tal, debe ser parte integrante de una investigacin amplia que pueda evocar aspectos de nuestro pasado aborigen.

Por las razones expresadas, este trabajo abordar el registro sistemtico de los yacimientos El Junco y Los Colorados, elaborando una codificacin detallada del material rupestre basada en la propuesta del investigador del tiempo prehispnico Omar Idler, consistente en la identificacin del yacimiento, estacin, nmero de roca y nmero de grabado, por medio de la combinacin de letras del alfabeto espaol, nmeros romanos y nmeros naturales. Por ejemplo, la codificacin LC-II-01-02 para un petroglifo, refiere que su ubicacin est en el yacimiento Los Colorados (LC), en la estacin dos (II), roca uno (01) y es el grabado dos sobre esta roca (02). Acotamos que el trmino “estacin” en arqueologa, por lo general es sinnimo de yacimiento; en la codificacin propuesta representa una divisin de ste, producido cuando en un rea o sector identificado las rocas grabadas se encuentran dispersas de tal manera que conforman conjuntos separados entre s por distancias prudenciales.

El trabajo de campo se fundament en la recoleccin de datos mtricos descriptivos de: los surcos, rocas, inclinacin y orientacin de las caras trabajadas; la produccin de calcos para la obtencin del diseo; registro fotogrfico de las rocas y grabados; inspeccin de los surcos para la identificacin de las tcnicas de ejecucin; observacin del estado de conservacin; y principales causas de deterioro, ya sean humanas o ambientales.

La metodologa empleada para el desarrollo del trabajo consisti en la ubicacin de distintas fuentes de informacin escritas sobre el Arte Rupestre del Valle, el anlisis detallado de las datos recopilados en el trabajo de campo, la produccin de materiales grficos digitalizados y la comparacin de los resultados obtenidos con otras regiones del pas, estableciendo relaciones que puedan presumir filiacin cultural y horizontes estilsticos.

A todo lo anterior debemos acotar las limitaciones a las que no est exento este estudio, realizado desde una perspectiva bsica de conocimientos sobre el tema arqueolgico. La investigacin carece de una serie de datos que, por desconocimiento de las tcnicas, falta de al instrumental necesario o participacin de profesionales del rea y otras disciplinas, no pudieron medirse en el trabajo de campo. Datos como las coordenadas geogrficas, levantamiento topogrfico, medidas de la profundidad de los surcos, anlisis de las ptinas superficiales y elementos arqueolgicos asociados a los yacimientos, deben conformar parte de prximos trabajos que complementen la informacin aqu presentada.

Finalmente queremos expresar nuestro agradecimiento a todas las personas que colaboraron con la realizacin del presente trabajo, en especial al artista popular Jhonny Brea, quien nos acompa junto con su esposa Iliana Dos Ramos en las primeras exploraciones al cerro Las Rosas; al investigador de Arte Rupestre Gustavo Prez, con quien hemos compartido en los ltimos aos la pasin de la montaa, la exploracin y hallazgos de nuevos yacimientos; a los otrora guas del Museo Parque Arqueolgico Piedra Pintada Gina, Gerardo, Haylin, ngel, Williams, en los cuales siempre hemos encontrado el gran valor de la amistad; al antroplogo Pedro Rivas, ex-Director de Conservacin de Bienes Arqueolgicos del Instituto del Patrimonio Cultural, por su valiosa colaboracin en la revisin del documento y oportunas recomendaciones; y por ltimo nuestro ms sincero agradecimiento por habernos brindado su apoyo y sapiencia, por haber siempre credo en nosotros, por sus palabras de aliento, en fin, nuestra gratitud a Omar Idler.

CAPITULO I 704rb

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“...dio rden su Teniente General Juan de Villegas, para que llevando ochenta hombres su satisfaccin, (...) faldeando la serrana por la orilla de los Llanos, siempre al Leste, lleg reconocer las riveras de la gran laguna de Tacarigua, hermoso lago, que en un ameno valle, sesenta leguas del Tocuyo, y veinte de Carcas, retirado siete del mar la tierra adentro, ocupa catorce de longitud de Leste Oeste, y seis de latitud de Norte Sur, tan profundo, que corta distancia de sus orillas no hay sonda que le descubra el fondo de sus aguas; sus mrgenes en toda su circunferencia son alegres, vistosas, y deleitables, pobladas de frescas arboledas, y de varia multitud de diversas aves...”

Jos de Oviedo y Baos, 1723.

Topografa de la Cuenca del lago de Valencia y valle de Vigirima. 76v56

La Cuenca del lago de Valencia abarca la mayor porcin de los Estados Carabobo y Aragua de la regin centro-norte venezolana (mapa 1 y 2). Tiene una extensin de 7.800 kilmetros cuadrados de superficie, con suelos relativamente planos a excepcin de dos ramales montaosos que sealan los linderos de los estados antes mencionados, siendo sus lmites por el oeste con la Sierra de Nirgua, el este con la Cuenca del ro Tuy, el norte con la Cordillera de la Costa y por el sur con la Serrana del Interior (Cruxent y Rouse, 1982 [1961]: 292, 293). Est formado en una fosa tectnica que se prolonga a los valles del Tuy, separando la Cordillera de la Costa de la Serrana del Interior, sucesin montaosa que hacia el sur desemboca en los llanos centrales y divide la Cuenca con la del ro Orinoco (Antczak, A. y Antczak, M., 1999: 139).


Mapa 1. Ubicacin de la Cuenca del lago de Valencia.

En el centro se encuentra el Lago de Valencia, a 402 metros sobre el nivel del mar (Antczak, A. y Antczak, M., Op. Cit: 139). Mide unos 30 Km. de largo por 20 Km. de ancho y profundidad mxima de 70 m. ite las aguas de 22 riachuelos y quebradas, en su mayora en pocas de lluvia, siendo el principal de ellos el ro Aragua. Posee 13 islas: Tacarigua o del Burro, Otama, Caigire, El Horno, el Zorro, Burrito, Bruja, Brujita, El Fraile, Cura, Cucaracha, Las Piedras y Los Chivos (Fundacin Polar, 1998).

En la regin nor-occidental de la Cuenca se localiza el ro Vigirima, formado de las aguas que vierten las quebradas Los Apios, El Corozo, El Jengibre, Las Rositas y Cucharonal, recogiendo despus las del Vigirimita, La Leona, La Jabonera, Los Colorados, Las Maras, El Pozote (cao El Nepe), y cao El Toquito, stas ltimas intermitentes. En la poca de lluvias suele tener un cauce relativamente considerable, aprecindose una disminucin cuantiosa de su caudal en la temporada de sequa, llegando inclusive a secarse a partir del sector Tronconero. Forma un frtil valle, con temperatura media de 26 C, rodeado de estribos y montaas donde se localizan importantes yacimientos arqueolgicos de Arte Rupestre, abriendo al sur hacia el lago. Sus suelos, de gran potencial agrcola, cada da ceden al rpido crecimiento demogrfico que experimenta la Cuenca, por el creciente proceso de industrializacin de la zona, sobre todo a partir de 1936.


Mapa 2. Zona ampliada regin centro-norte de Venezuela

Antecedentes de la investigacin del Arte Rupestre en el valle de Vigirima 1ta4o

Muchas han sido las reseas y estudios efectuados por especialistas e investigadores sobre el Arte Rupestre de la regin del valle del ro Vigirima, aportando datos e informacin desde diferentes enfoques, algunos de mayor relevancia que otros, sobre la existencia e importancia de este patrimonio arqueolgico dentro del parnaso cultural venezolano. A continuacin haremos mencin de las ms conocidas, sin ahondar demasiado en estas pioneras memorias, dejando entrever su obligada consulta para los que desean adentrarse en el estudio del tiempo prehispnico de la Cuenca Tacarigense.

Los primeros datos se remontan al siglo XIX, cuando en 1878 el gran erudito venezolano Arstides Rojas refiere la presencia de rocas con grabados aborgenes en la regin. Posteriormente Gaspar Marcano (1889) menciona la existencia de numerosas “inscripciones jeroglficas” en todo los Valles de Aragua, haciendo mencin a obras presentadas a la Sociedad Antropolgica de Berln donde estn insertadas “jeroglifos” copiados de piedras situadas en Puerto Cabello y Valencia.

Entrado ya el siglo XX, Luis Oramas (1939) realiza interpretaciones y descripciones detalladas del yacimiento Piedra Pintada y los alineamientos de piedra del Valle, de significativa importancia en la poca actual. A mediados de siglo Jos Mara Cruxent (1952) presenta un estudio del yacimiento Piedra Pintada y los alineamientos ptreos de Vigirima, y Ral Alvarado Jahn (1958) dirige trabajos de campo en el mismo yacimiento, elaborando descripciones, propuestas y juicios sobre el uso y origen de los petroglifos y alineamientos ptreos. En la dcada de los sesenta, nuevamente Cruxent (1960) realiza trabajos de campo, esta vez en la fila Los Apios, y Guillermo Diessl y Jos Balbino Len (1968), en un estudio del yacimiento “Piedra de Pinto”, en las afueras del poblado de La Victoria, Estado Aragua, realizan comparaciones de los petroglifos all encontrados con los de Vigirima.

Los aos setenta comienzan con entrevistas difundidas en prensa a Rubn Nez y Henriqueta Pealver, donde expresan sus teoras acerca de la interpretacin de varios petroglifos. A mediados del decenio Jeannine Sujo Volsky presenta su obra “El Estudio del Arte Rupestre Venezolano” (1975), constituyendo punto de referencia los petroglifos y alineamientos ptreos del Valle. Asimismo se presentan los trabajos de Ruddy Manns (1976) quien emite propuestas en base a las comparaciones en la profundidad de los surcos de los petroglifos de Piedra Pintada, y Rafael Delgado, donde en su obra “Los Petroglifos Venezolanos” (1977) expone, entre otras reseas, un mtodo de clasificacin de los glifos de Piedra Pintada de acuerdo a diferentes perodos de los grabados. Concluye esta dcada tocando el tema de los petroglifos de Vigirima en una serie de artculos difundidos en la revista “Mecnica Nacional” (1978), por Omar Idler, y en la revista “El Petroglifo” (1976-78), publicacin peridica guacarea del Crculo de la Cultura “El Petroglifo”, bajo la direccin del Prof. Armando Torres Villegas.

Nuevos trabajos sobrevienen en la dcada de los aos ochenta, pertenecientes a Omar Idler (1985) y por un equipo organizado por Ruby de Valencia y Jeannine Sujo Volsky (1987). Asimismo, en 1986 Manuel Prez Vila en un artculo de prensa publica varias imgenes de petroglifos de Piedra Pintada.

En 1997 el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) publica en la “Coleccin Cuadernos del Patrimonio Cultural” estudios realizados en el yacimiento Piedra Pintada con la finalidad de proceder al diseo del proyecto para convertir el lugar en un Parque Arqueolgico, a la par de gestionar su declaratoria como Bien de Inters Cultural de la Nacin, ratificado por decreto en 1999. En ese ao, un equipo conformado por Omar Len, Yamile Delgado, Nelson Falcn y Rafael Delgado, expresan propuestas de clasificacin estilstica y una posible cronologa, entre otros datos, de este Complejo Arqueolgico.

Por ltimo, en el ao 2002 la profesora Ursula Thiemer-Sachse de la Universidad de Berln, en el 1er Taller Internacional de Arte Rupestre celebrado en La Habana, Cuba, hace descripciones del yacimiento Piedra Pintada, basadas en una excursin realizada en 1998 con estudiantes berlineses, tras las huellas del viaje de estudios por la Amrica espaola de el gran naturalista alemn Alejandro de Humboldt.

Lo anterior pone de manifiesto la relevancia en el estudio del Arte Rupestre venezolano de la regin del Valle del ro Vigirima. De all la importancia de continuar la labor emprendida, ahondando en la sistematizacin del registro y anlisis de los datos de campo que permita la aprehensin y comprensin de los procesos histricos-culturales acontecidos durante el perodo prehispnico en el territorio de la Cuenca del Lago de Valencia.

Antigedad del Arte Rupestre en Venezuela y el valle de Vigirima 6w5y57

Hasta la fecha, no se han establecido recursos para determinar cronologas absolutas en los petroglifos. Sin embargo haremos referencia, en una visin retrospectiva, a propuestas hechas sobre el particular por diversos autores en diferentes pocas, para posteriormente realizar algunos planteamientos propios, a manera de enriquecer el debate. Para su mejor comprensin dividiremos a los autores en tres etapas: La primera, de finales del siglo XIX y principios del XX; la segunda, de mediados del siglo XX, y la ltima etapa, de finales de ese mismo siglo.

Primera etapa. En esta primera etapa mencionaremos las aseveraciones de dos pioneros en la investigacin arqueolgica venezolana como lo son Gaspar Marcano y Bartolom Tavera Acosta.

En su estudio etnogrfico realizado en la regin de los valles de Aragua y Caracas, Marcano (1971 [1889]: 107) refiere la imposibilidad de decir con precisin si los petroglifos fueron realizados por los grupos conquistados por los espaoles u otros ms antiguos, proponiendo como nica va para lograr una comprensin en la materia, la realizacin de comparaciones de los smbolos con otras regiones americanas.

Por su parte, Tavera Acosta en su trabajo escrito denominado “Los Petroglifos de Venezuela” (1957), citando opiniones hechas por Luis Oramas publicadas en 1911 donde seala rocas grabadas entre Tcata, San Casimiro y Giripa como “vestigios escritos de lo indios Quiriquires”, seala su oposicin puntualizando que dichas inscripciones no son de “ninguna otra de las tribus que encontraron en Amrica los castellanos de la Conquista”. En otro apartado de esa misma obra afirma que no fueron los grupos aborgenes americanos los realizadores del Arte Rupestre, sino culturas ms avanzadas (fenicios, asirios, caldeos, egipcios, etc.) que, atenindose a la cronologa establecida en La Biblia, tienen presencia en el continente americano treinta y cuatro siglos antes de la llegada de Cristbal Coln.

Segunda etapa. Donde recopilamos consideraciones de investigadores de la talla de Cruxent, Rouse, Acosta Saignes, entre otros, algunas de las cuales mantienen plena vigencia a pesar de haber sido expuestas hace ms de sesenta aos.

Comenzamos con Irving Rouse (1949), quien indica el parecer de haber sido grabados los petroglifos an en la misma piedra en distintas etapas y por diferentes grupos, debido a la frecuencia con que los glifos se amontonan en la roca sin relacin aparente. En alusin al tema, Cruxent (1955) plantea la posibilidad de poder establecer algunos yacimientos de petroglifos venezolanos en algn horizonte sin alfarera, es decir, en perodos por encima de cuatro mil aos A.P., aunque mantiene la certeza de la existencia de grabados ms modernos o antiguos que otros.

En relacin al posible vnculo que pudiera existir entre el Arte Rupestre y el material cermico asociado a l, Pericot (1950) pone de manifiesto la temeridad de fechar las pinturas rupestres europeas por los restos cermicos encontrados a sus pies, que indicaran, en todo caso, la ocupacin del lugar en esa poca con la permanencia de la significacin de los motivos. Por su parte Acosta Saignes (1956) apunta que el estudio de las tcnicas de realizacin, la diferenciacin de estilos y la comparacin entre petroglifos de diferentes regiones, esto ltimo en concordancia con Gaspar Marcano, quizs puedan contribuir al establecimiento de estratos de grabados y crear series cronolgicas.

Finalizando esta etapa haremos mencin a las propuestas de Ral Alvarado Jahn (1958) acerca del origen desconocido y nico de los alineamientos ptreos del yacimiento Piedra Pintada, aseverando que, si se les atribuye la misma autora a los realizadores de los petroglifos, tal vez se afirmara su elaboracin por grupos de una civilizacin ms avanzada de la encontrada en la poca de la conquista.

Tercera etapa. Finalizamos con propuestas de finales de siglo XX, destacando las de Idler y Len, investigadores activos en el Arte Rupestre del Valle de Vigirima.

Hellmuth Straka (1975) le atribuye a los petroglifos venezolanos una antigedad entre 4.000 y 400 aos (imagen 1), realizados por las comunidades aborgenes hasta la llegada de los conquistadores europeos, incluso durante el primer perodo de la colonizacin, como se comprueba segn su opinin en una representacin de un animal no autctono (un burro) en las cercanas de La Victoria, en la zona centro-norte del pas. Igualmente identifica dibujos de grupos Caribes, ms recientes que los de autora “Aruaco”, la poblacin ms antigua, que les atribuye una data entre setecientos y quinientos aos. Entre estas representaciones Caribes, identifica los rostros o mscaras con cuatro ojos (“Ojos de Caribe”), asociado a la prctica actual de estos grupos de pintarse en las mejillas dos crculos rojos como proteccin contra los malos espritus (imagen 2).

Omar Idler (1985: 19-20) expone la presuncin de perodos en la realizacin de los petroglifos del valle del ro Vigirima, donde coinciden la etapa de mayor desarrollo con la de mayor esplendor de la cermica y la de decadencia marcado por movimientos blicos, aunque deja asentado la subjetividad de cualquier intento de fechamiento. Plantea este autor, insigne investigador del tiempo prehispnico de la regin lacustre del Lago, la posibilidad de una etapa de pronunciada declinacin en la realizacin de grabados rupestres producto de la invasin de grupos aborgenes de tendencia guerrera y belicosa que, asentados tardamente en el territorio arrasaron a los primigenios pueblos sedentarios, perdindose “los genios creadores de las ms bellas expresiones artsticas”.

Jeannine Sujo Volsky (1987: 106) ubica los inicios del Arte Rupestre, al igual que Cruxent, en perodos anteriores a la cermica, donde la ltica era el principal medio de comunicacin del hombre con el mundo natural. Hace mencin al hallazgo de una piedra con un grabado de similares caractersticas a los observados en Vigirima, en un conchero sin cermica en la pennsula de Araya, estado Sucre, excavado por Cruxent y Rouse (1963), donde la datacin arroja fechas de 1.730 a.C. y 1.190 a.C. Asimismo refiere algunas pruebas inconclusas efectuadas en el Instituto de Investigaciones Cientficas (IVIC) en la dcada de los aos 60, con el contaje de istopos de cloro 36 que se internan en las rocas por secuelas de la meteorizacin subsiguiente a su grabado (Ibd.: 104).

Robert Bednarik (1990) hace mencin de un mtodo desarrollado por el profesor Ronald I. Dorn de la Universidad del Estado de Arizona (EE.UU.) llamado de “Anlisis del Cociente de Cationes”, an en experimentacin, segn ste el primer sistema analtico de fechar las ptinas de la roca, sistema excesivamente sensisitivo a cualquier agente perturbador del ambiente microqumico formado sobre un petroglifo. Plantea este autor que, pensando en los sofisticados y avanzados mtodos que se aplicarn en el futuro con el elemental progreso de las Ciencias, debe tomarse en cuenta el no permitir que “ninguna sustancia de ninguna clase se ponga en o con el Arte Rupestre”, a los fines de no contaminar y distorsionar los resultados analticos que puedan conducir a establecer cronologas absolutas en los grabados rupestres. Esto supone la aplicacin de tcnicas de registro que en ningn caso planteen el resaltado de los surcos con sustancias qumicas, naturales o de otra ndole.

Imagen 1. Hellmuth Straka en uno de los yacimientos de la regin centro-norte del pas.

En la bsqueda de cronologas relativas para los petroglifos de Piedra Pintada, en un estudio realizado por el Instituto del Patrimonio Cultural (1997: 10) en coordinacin con otras instituciones, partiendo de las similitudes en el estilo de los smbolos con decoraciones presentes en la artesana saladoide, barrancoide, dabajuroide, chicoide y tana, de posible lengua Arawaca, se seala la factibilidad de manufactura de buena parte de los grabados de ese yacimiento en un perodo comprendido entre los siglos I y IX d.C. De igual manera Omar Len en conjuncin con otros autores (Op. Cit.) establecen relaciones entre el dibujo de los grabados del yacimiento Piedra Pintada y la Serie Cermica Barrancoide, proponiendo una cronologa relativa semejante para los estilos El Palito y La Cabrera, correspondientes a esta Serie, segn Sanoja (1979) entre el ao 1 y el 700 d.C., con una ocupacin y empleo del lugar por comunidades Valencioides entre los siglos VIII y XVI.

En conclusin, a pesar de los estudios y esfuerzos para contar con mtodos eficaces de datacin, lo anterior demuestra el contratiempo en obtener fechas relativamente confiables para los petroglifos. A grandes rasgos debe considerarse para los inicios de produccin de grabados rupestres en la regin lacustre del Lago de Valencia la posibilidad de fechas muy tempranas. Entre el 1.600 y 600 aos a.C. existan ya en el rea campamentos de recolectores-cazadores en proceso de tribalizacin (Sanoja y Vargas, 1999: 170), con poblados semi-permanentes e incipientes prcticas agrcolas, en clara asociacin con el modo de vida caracterstico del sitio arqueolgico Las Varas, de la regin costera del noreste de Venezuela. Segn las evidencias arqueolgicas este modo de vida reflejaba la fabricacin de variados instrumentos de piedra, concha y madera, usados en la explotacin de los recursos naturales; y la realizacin de prcticas ceremoniales asociadas a la produccin de figulinas antropomorfas y biomorfas, as como al uso de sustancias estimulantes (Ibid.: 152, 153).

Imagen 2. Rostro con “Ojos de Caribe” (segn Straka). Representacin fuertemente trazada.
Sector La Cumaquita, municipio San Diego, Estado Carabobo.

Pero no cabe duda que la mayor produccin de petroglifos y dems Manifestaciones Rupestres de la Cuenca Tacarigense se ubica posterior a los inicios de la era cristiana. Los estudios arqueolgicos revelan dos procesos migratorios importantes en este perodo de comunidades agroalfareras provenientes de la regin orinoquense, conocidos por los estudios de su cermica como “Serie Barrancoide” y “Serie Valencioide” (Cruxent y Rouse, Op. Cit.: 306-318). Segn Sanoja y Vargas (Ibd.: 172-185) los modos de vida de estos grupos totalmente tribalizados marcaron una significativa evolucin en las relaciones sociales, desde las formas igualitarias de los primeros, de filiacin lingstica Arawak, hasta las formas jerrquicas cacicales de los segundos, iniciada en los alrededores del ao 1.000 de nuestra era, asociada a la macrofamilia lingstica Caribe. Idler (2004: 116-118,124,125) se contrapone a esta presuncin, al proponer una ocupacin ms tarda de los grupos Caribes y Caribanos de la regin del lago, alrededor de los siglos XIII y XIV d.C., desplazando por la fuerza a los primigenios Arawaks de sus espacios, aunque no todos, u ocupndolos cuando ya stos la haban abandonado, como pudo pasar con los montculos artificiales de tierra de las orillas del ro Aragua y el llano de Guaracarima, en la regin oriental de la zona lacustre.

En definitiva, con toda una panormica de presencia de grupos humanos en la cuenca del lago de Valencia que se remontan a perodos anteriores a la era cristiana y la inexistencia de tcnicas de datacin absoluta, la interrogante principal planteada en el Arte Rupestre de la regin es determinar con exactitud el tiempo de realizacin de los grabados y la filiacin lingstica de sus creadores, especficamente cules son los de autora Arawak y cules los de procedencia Caribe. Este enfoque conlleva a preguntarse, a sabiendas que ambos grupos fueron pueblos grabadores de petroglifos, si cada uno de los yacimientos rupestres de la Cuenca poseen exclusivamente smbolos de una sola de estas parcialidades o si, por el contrario, se encuentran superpuestos unos con otros, inclusive en una misma roca. En ambos casos, Cmo determinar los Arawaks? Cmo los Caribes? La sistematizacin de la documentacin y anlisis de los registros de campo son necesarias, colaborando con tcnicas de datacin aplicadas en el futuro y herramientas proporcionadas por ciencias y disciplinas aliadas de la arqueologa como la etnologa, etnografa, toponimia, lingstica, entre otras, que permitan desentraar estas incgnitas.

CAPITULO II 353g5d

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“...Pas la mano del tiempo y acab con la civilizacin antigua, y con los caciques belicosos que asaltados un da de improviso, por hombres nuevos que haban atravesado el Ocano, lucharon contra el extranjero y se defendieron, y volvieron a luchar para entregarse exnimes, cuando de ellos, los dueos de la tierra venezolana, no qued ni hogar, ni soldados, ni esperanza posible, ante la nube invasora que todo lo cubri con su mortaja de sangre. As pas; pero quedaron los libros de piedra que no tienen por intrpretes sino las races de los rboles o los musgos y graciosas enredaderas que tienden sus sarmientos sobre la esculpida superficie, como para recibir con ms libertad los voluptuosos besos del sol de ocaso.”

Arstides Rojas, 1878.

El cerro Las Rosas: ubicacin, topografa y geologa b2x3r

El cerro Las Rosas est ubicado en el rea nor-occidental de la cuenca del lago de Valencia, en el Sistema Montaoso de la Cordillera de la Costa, bajo jurisdiccin del Parque Nacional San Esteban, en el municipio Guacara del estado Carabobo. Tiene una altura mxima de 1.347 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). Sus laderas estn cubiertas por vegetacin sabanera constituidas por chaparros, herbceas y arbustos, conservando los mrgenes de los arroyos sectores de bosques de galera (Rivas, 1999). Su formacin geolgica compete al Cuaternario, delimitado por suelos de formacin sedimentaria propios de la cuenca del lago, encontrndose rocas con proceso de metamorfismo como las calizas, ricas en slice como el cuarzo, y esquistos de mica (Len y otros, Op. Cit.).


La Corona del ReyLas MesasLos ColoradosEl JuncoPiedra Pintada
Imagen 3. Ortofotomapa del cerro Las Rosas con la ubicacin
aproximada de los yacimientos de Arte Rupestre.

Yacimientos El Junco y Los Colorados s6x1v

Se han localizado petroglifos en sectores del cerro Las Rosas y fila La Josefina, en afloramientos rocosos que abundantemente se localizan, a saber: El Junco y Los Colorados (motivos de este estudio), La Corona del Rey y Las Mesas (imagen 3). En el sector El Junco, a una altura aproximada de 1.100 metros sobre el nivel del mar, se localizaron seis piedras con un total de once grabados, codificados en dos estaciones. Mientras que en el sector Los Colorados, alrededor de los 760 y 900 metros sobre el nivel del mar, el trabajo de campo arroj un total de trece rocas con veintisiete petroglifos, codificados segn su dispersin en cinco estaciones. El tamao de las rocas trabajadas son de pequeas dimensiones, observndose dispersin de los glifos, a excepcin de los once diseos encontrados en una roca del sector Los Colorados. El promedio por roca segn los datos obtenidos es de dos petroglifos.

Tcnicas de ejecucin 4x4b1l

Los petroglifos fueron realizados en bajo relieve en rocas metamrficas del lugar, que proporcionaban un sustrato uniforme para el trabajo ltico por percusin y abrasin, con surcos en su mayora delgados y poco profundos (imagen 4). Segn las hiptesis manejadas, pudieron efectuarse con instrumentos lticos de cristales de cuarzo, y conchas marinas como el Strombus gigas (Straka, 1979: 78).


Imagen 4. Detalle del diseo LC-I-02-02 donde se observa el estilo de ejecucin
caracterstico de este yacimiento. Fotografa y tratamiento digital: Leonardo Pez

En la mayora de los casos puede observarse en los surcos la percusin o golpeteo, con un ligero y suave proceso abrasivo, prctica encontrada en los yacimientos aledaos de El Jengibre (imagen 5), La Cumaquita, Guayabal, Las Mesas, Piedra Pintada y La Corona del Rey. Esta forma de ejecucin se encuentra en ocasiones con grabados de mayor profundidad, como por ejemplo en el yacimiento Piedra Pintada, y en otras formando parte exclusiva, como es el caso del yacimiento El Jengibre.

La realizacin de los grabados siguiendo determinadas pautas, en este caso surcos ligeros y superficiales, pudo haberse practicado en algn perodo especfico por algn grupo cultural en la Cuenca del lago de Valencia. Esto puede constatarse sobre todo en la pared rocosa contentiva de quince grafas localizada en la margen derecha de la quebrada El Jengibre, en el cerro El Corozo, donde la posicin casi vertical de este afloramiento ha debido contribuir a la conservacin de los grabados; sin embargo, puede apreciarse la poca profundidad de los surcos, caracterstica contrastante con los yacimientos contiguos como El Corozo o La Piedra de los Delgaditos, que s poseen surcos ms profundos y definidos, a pesar de estar expuestos a los mismos factores causantes de la meteorizacin.

A este respecto, Omar Idler, en su trabajo “Petroglifos de Tacarigua” (Op. Cit.: 17), tambin menciona lo delgado de los surcos y la forma casi vertical de la pared rocosa de los petroglifos de El Jengibre. En sus observaciones, supone que lo superficial de los petroglifos no obedece al desgaste erosivo, sino al abandono de este yacimiento sin haber concluido el proceso de grabado, hacindose uso de una tcnica, suscrita por algunos autores y an por demostrar, consistente en la utilizacin de una “sabia corrosiva” de ciertas plantas de ltex que produca una tenue marca superficial en la roca, apenas pulidas posteriormente con arena humedecida. Este argumento se basa en la proteccin contra los factores erosivos dada por el corte de la piedra, y la comparacin en la tcnica de ejecucin con “todos los glifos de Vigirima”. Evidentemente, este vanguardista en la investigacin del tiempo prehispnico de la Cuenca Tacarigense, para el momento de la sealada publicacin (1985) no tuvo a la informacin suministrada por los yacimientos del cerro Las Rosas.


Imagen 5. Diseo de la Quebrada El Jengibre. Imagen tratada digitalmente
Tipos de grabado, motivos y clasificacin


El 71% de los grabados estn realizados en bajo relieve lineal, mientras que el 23,7% corresponde a una combinacin entre bajo relieve lineal y planar. El 5,3% restante por ser puntos acoplados no clasifica dentro de los anteriores. Observamos en los motivos el dominio de lneas curvas, representadas por volutas, crculos y lneas onduladas; las lneas rectas anguladas, visibles en formas rectangulares y triangulares. Destaca la ausencia del punto y crculos concntricos como elemento preponderante. Los espirales se encuentran asociados al diseo, pero no de manera aislada. De acuerdo a la clasificacin por figura dominan las antropomorfas (47,4%), seguidas de las geomtricas (34,2%), zoomorfas (5,3%), antropo-geomtricas (5,3%), zoo-geomtricas (2,6%), zoo-antropomorfas (2,6%) y asteromorfas (2,6%).

Estado de conservacin 3c6o2i

De un total de 38 diseos estudiados, el 28,9% est fracturado en algunas de sus partes, a pesar que algunos se avistan a simple vista; el 23,7% se encuentra en ptimo estado, observndose a simple vista en su conjunto y sin fraccionamiento; el 21,1% posee fuerte meteorizacin, y slo con la aplicacin de tcnicas de relevamiento y el ojo experto se obtienen los diseos (imagen 6); el 21,1% est difuso, meteorizado, aunque su observacin para el versado se logra sin mucha dificultad; y el 5,2% contiene irregularidad en la profundidad e indefinicin del surco. A su vez existen rastros de grabados o percutidos indeterminados que no fueron documentados, al no poder obtenerse formas coherentes. Estos casos se advierten en LC-I-O2, LC-I-05, LC-II-01, y en rocas de LC-I y EJ-II. Adems cabe destacar que el proceso de registro en estos dos sectores no debe darse por finalizado, debido a la innumerable existencia de rocas que dificulta la conclusin del trabajo exploratorio.

De lo anterior se infiere el terrible deterioro en que se encuentra el patrimonio histrico-cultural alojado en los sitios de El Junco y Los Colorados. Lo tenue de la mayora de los surcos, las pequeas dimensiones de los soportes rocosos y sus posibles desplazamientos a futuro, as como los factores naturales y humanos como la meteorizacin, la intemperie, los incendios forestales, los actos de vandalismo, entre otros, crean condiciones adversas que atentan a la conservacin y permanencia en el tiempo de los grabados, facilitando su deterioro o destruccin total.

Imagen 6. Diseo LC-V-01-01 donde puede observarse el proceso de meteorizacin.

CAPITULO III 1e124n

30189

“Todava no ha nacido ningn Champolin que descifre estos signos; tenemos nicamente hiptesis de interpretacin”.

Hellmuth Straka, 1975. 71u2g

Anlisis y descripcin de los diseos 4v5j5b

Se evidencia el predominio del rostro humano, ejecutado de mltiples formas (circular, concntrico, triangular, oval), en algunos casos sobresaliendo por su tamao con respecto al cuerpo, y en otros formando un solo conjunto con apndices ornamentales. Esta preponderancia es corriente en la mayora de los yacimientos del valle y en toda la regin centro-norte venezolana (imagen 7). Hipotticamente podra identificarse este elemento como parte integrante de la manifestacin simblica paralela al “culto al crneo”, denominada “complejo ceflico”, ambas del rea amaznica y otras regiones de Amrica, fenmeno de carcter chamnico donde sus visiones en estado de trance alucinatorio permitan la contemplacin de las fuerzas internas de la cabeza humana (Schobinger, 1997).

Imagen 7. Diseo en rostro antropomorfo de La Corona del Rey

Sobre el particular, vemos como en las facciones o rasgos de algunos rostros de Los Colorados se encuentra plasmado un motivo arquetpico presente de manera significativa en la regin centro-norte del pas y que algunos autores lo asocian como elemento cultural propio de los grupos “Valencioides” (Idler, 2004: 120-121). Se trata de la denominada “T amaznica”, consistente en la representacin de la nariz y las cejas unidas en una sola lnea, observada a su vez en los apndices cermicos, vasijas efigies y figulinas del territorio Tacarigense asociados a este grupo cultural, establecido en el rea hacia los siglos VII y VIII provenientes del Orinoco Medio y emparentados con grupos reconocidos culturalmente con la Tradicin Aruqun (Sanoja y Vargas, Ibd.: 176).

Asimismo se observa en los yacimientos estudiados los motivos en espiral en forma de volutas en figuras geomtricas, humanas y de animales. Esta representacin forma parte del patrimonio simblico del aborigen americano y es comn su contemplacin en el Arte Rupestre (imagen 8). Al parecer, su significado y uso son mltiples, y vara segn el grupo cultural por l empleado. Para ilustrar lo expuesto, mencionamos las interpretaciones atribuidas a dos grupos separados geogrficamente, como lo son los Guarekenas de la regin amazonense venezolana, y los Huicholes del noroeste de Mxico: En los primeros, el motivo en espiral encarna la impresin que deja en la arena el caparazn enroscado del botuto, representando el incesto y seala a las mujeres que por estar vinculadas por una filiacin de tipo unilineal con el hombre, no pueden elegirse como consortes, razn por la cual el individuo debe casarse fuera de su propio grupo, lo que se conoce como exogamia (Gonzlez ez, 1986). En los Huicholes, la cuerda enrollada en forma de espiral en el trmino del viaje en bsqueda del peyote (la cactcea sagrada), simboliza la renovacin, la limpieza, el renacimiento, alegora de la muerte y el renacimiento (Schobinger, Op. Cit.).

Asimismo Weber (1996: 49, 50) destaca el uso de la espiral como medio de comunicacin entre los planos subterrneo, terrestre y csmico, va que tienen que recorrer los iniciados en el proceso de cambio hacia los planos ms elevados, asentando la variabilidad de significancia de acuerdo al movimiento: De izquierda a derecha estara asociado con la vida y lo positivo, mientras que el movimiento contrario a los muertos y a los dioses malignos. Otra propuesta, atribuida a Fernando Ortiz, estudioso de este smbolo, refiere su asociacin con los huracanes, fenmeno destructor y regenerador de vida (Ibidem).

Imagen 8. Representacin de espirales en el yacimiento La Manga,
Vigirima. Registro: Torres Villegas.

El anlisis descriptivo de los diseos arroja como caracterstica principal el equilibrio proporcionado por la simetra. Distinguen as un rostro o mscara antropomorfa (LC-III-01-01) trazado en dos lneas curvas concntricas trianguladas, de vrtices redondeados y en forma de pirmide invertida, con apndices que finalizan en volutas, pintura facial en las mejillas y boca y unin de la nariz con las cejas (T amaznica); una figura antropomorfa (LC-I-02-02), la cual se distingue el rostro circular (desproporcionado con respecto al cuerpo), ataviado con pintura facial que guarda cierta analoga con un motivo de la isla de Puerto Rico; un diseo antropomorfo (LC-I-05-01), de cuerpo simtrico, cuerpo en bajo relieve planar y extremidades estilizadas en forma de volutas; un grabado zoo-geomtrico (LC-I-02-03), semejando un ave en vuelo, muy estilizado y de gran esttica, diseo que para la fecha no guarda semejanzas con otro del Arte Rupestre venezolano; una representacin antropomorfa (EJ-I-02-01), donde se observa muy particular la forma de los ojos de la cual no se encuentra registro de otro parecido y una figura geomtrica (EJ-I-03-01), compuesto por dos lneas paralelas, tal vez unidas originalmente por uno de sus extremos, finalizando los otros en grecas, especie singular entre la simbologa del valle.

Anlisis comparativo de los diseos y motivos 4713z

El repertorio iconogrfico de estos dos yacimientos sin duda guarda relacin con otros de la Cordillera de la Costa: rostros, grecas, volutas, figuras humanas, pertenecen a las mismas necesidades de expresin simblica observadas inclusive en toda la regin amaznica y antillana. No obstante a la uniformidad expresiva, los diseos en s son representaciones nicas, bajo el concepto de ser el resultado de la asociacin de varios elementos, motivos y figuras, conformando conjuntos complejos (imagen 9). Esta propiedad es directamente proporcional a la cantidad de elementos y motivos integrantes: mientras ms recargado se encuentre el diseo (puntos, lneas, tringulos, volutas, etc.), ms aumenta su particularidad, teniendo la posibilidad de establecer comparaciones estilsticas, con apoyo del estudio de las tcnicas de realizacin, que contribuyan a desarrollar propuestas de series cronolgicas o rutas migratorias de pueblos de la misma unificacin cultural (Acosta Saignes, Ibd.).


En este caso, las semejanzas despuntan en los yacimientos vecinos, en especial La Corona del Rey (imagen 10) y la Quebrada El Jengibre, unidas a una misma tcnica de ejecucin, deduciendo la realizacin en un mismo perodo histrico y grupo tnico. Fuera de la Cuenca, el anlisis comparativo arroj similitudes en el rea del Bum-Bum, Estado Barinas, el sector El Limn de la parroquia Carayaca, Estado Vargas y en la isla caribea de Puerto Rico (Cuadro 1). El motivo triangular encontrado en el diseo antropomorfo LC-I-01-01, representativo del rgano sexual femenino, se encuentra diseminado por toda la regin centro-norte del pas, como diseo o formando parte de l, y en la mayora de los casos acompaados de lneas y/o puntos acoplados (imagen 11 y 12). Fuera de esta rea, la investigacin mostr presencia en los Estados Tchira, en San Juan de Coln y Lobatera, y Bolvar, en La Urbana, en el Orinoco Medio (cuadro 2).

Imagen 11. Petroglifos de Puerto Cabello,
estado Carabobo

Imagen 12. Petroglifos de Carmen de Uria,
estado Vargas

CAPITULO IV 536q61

“De todos los documentos arqueolgicos, probablemente los que estn en mayor peligro de alteracin o destruccin son las representaciones rupestres, porque en su gran mayora estn al aire libre y por lo tanto, expuestas, sin proteccin alguna. O sea, desprotegidas tanto frente a las vicisitudes e inclemencias de los agentes atmosfricos y telricos, como a los daos que le pueden ocasionar las personas no o mal informadas”.

Elisenda Coladn, 2000.

La meteorizacin, el hombre y la conservacin del Arte Rupestre 62b6m

Los petroglifos, dado que han sido realizados en las capas superficiales de las rocas, estn expuestos a sufrir la degradacin originada por los procesos causantes de la meteorizacin. Esta desintegracin fsica y qumica es el resultado de la accin combinada de varios factores, como el calor, el fro, los gases, el agua, el viento, la gravedad y la vida vegetal y animal, en continua actuacin, desgastando y destruyendo las rocas de la corteza terrestre (Microsoft Corporation, 2001).

La meteorizacin fsica deriva de los cambios de temperatura, que ensanchan y estrechan las rocas alternativamente, causando porciones menudas, divisin en escamas y una laminacin de las capas exteriores. La meteorizacin qumica vara la estructura original de las rocas de diferentes maneras, como por ejemplo disolviendo sustancias inorgnicas en o con el agua, o por los lquenes que extraen nutrientes solubles y hierro de sus minerales originales (Ibidem).

La presencia de lquenes es uno de los principales motivos de meteorizacin orgnica, producto de la accin de algunos organismos vivos: A travs de un complejo proceso causan el desgaste del sustrato con la ruptura mecnica y la alteracin de rocas y minerales produciendo partes menores que las del material original (Strecker y Taboada, 1995).

Paralelo a este proceso, se desarrolla la interferencia humana, considerada el principal factor de destruccin: La ganadera, los incendios forestales, cazadores de tesoros, la agricultura, el crecimiento de la poblacin y/o las actividades destructivas en la documentacin, interfieren directamente todo intento de conservacin de restos arqueolgicos en general. La conservacin y defensa de Los Colorados y El Junco, as como las decenas de sitios de Arte Rupestre de la Cuenca Tacarigense est signada por la concienciacin comunitaria sobre la importancia de este legado histrico, y sobre todo de la sensibilizacin y optimizacin del trabajo de las instituciones del Estado que les compete directamente los asuntos patrimoniales de la Nacin.

Los incendios forestales: enemigos del patrimonio f4t2l

Lamentablemente, la mayora de los yacimientos de Petroglifos del valle de Vigirima se encuentran en reas donde estn expuestos a las altas temperaturas producto de los incendios. Dicho fenmeno se ha convertido en uno de los problemas ms agudos presentados durante la poca de sequa en el Parque Nacional San Esteban. En su mayora son provocados por la intervencin del hombre (el 97% de los casos son descuidos humanos) ya sea por la quema intencional para la fertilizacin de los suelos agrcolas, negligencia o accidente. El choque trmico produce el resquebrajamiento y desgaste del material rocoso, generando la prdida irreparable del trabajo ltico que las culturas aborgenes nos obsequiaron como signo de su presencia y dominio en estas tierras.

El Parque Nacional San Esteban posee en todo su mbito territorial innumerables yacimientos de Arte Rupestre, siendo uno de los reservorios ms importantes a nivel nacional. La problemtica de preservacin de este patrimonio cultural tiene en los incendios uno de sus principales enemigos. Los Yacimientos ms afectados del rea del valle del ro Vigirima son La Corona del Rey, Quebrada El Jengibre, La Piedra de los Delgaditos, La Manga, y las estaciones 4 y 5 del Parque Arqueolgico Piedra Pintada.

Se hace indispensable la creacin y ejecucin de proyectos a corto, mediano y largo plazo. Es indudable que la labor, por dems loable, de instituciones como Inparques y Fundaincendios, son insuficientes para combatir la problemtica. Nos permitimos sugerir la creacin de “Brigadas Arqueolgicas Municipales”, integradas por de la comunidad adiestradas en lo referente al rescate, registro, mantenimiento, conservacin y difusin del Arte Rupestre. Al tener presencia permanente en los yacimientos, no solamente los protegeran de los incendios, sino de los dems factores que atentan en su contra, sean naturales o humanos. A su vez, campaas de concientizacin son necesarias para disminuir porcentualmente la cantidad de incendios producidos. Trabajar con la comunidad es un elemento vital a la hora de desarrollar una campaa de prevencin.

CAPITULO V 4u6p6o

“La tarea urgente para el estudio de los petroglifos es la de poseer publicadas suficientes colecciones fidedignas que nos permitan realizar comparaciones.(...)La primera tarea ha de ser la clasificacin, desde diversos puntos de vista; la segunda, el estudio de las relaciones entre zonas contiguas; la tercera, el anlisis de posibles relaciones entre zonas alejadas en Amrica. Despus podrn venir nuevos modos de ver, por ahora impredictibles.”

Miguel Acosta Saignes, 1956.

Catalogo general de los petroglifos de Los Colorados 1b6oh

Catalogo general de los petroglifos de El Junco 1u3en

A manera de conclusin 475d6b

Se evidencia el uso y ocupacin de los yacimientos estudiados por un mismo grupo cultural en un perodo histrico especfico, debido a la uniformidad en la ejecucin que sumado a similitudes en el diseo, se vinculan con los yacimientos aledaos de El Jengibre y La Corona del Rey. A su vez, el empleo de estos lugares en otro contexto se comprueba al haber grabados con otras caractersticas, como es el caso de LC-III-01-01.

Se propone por tanto un estilo de ejecucin de los grabados, de surcos delgados y poco profundos, efectuados con la tcnica de percusin, sin ningn proceso abrasivo. Dicha aseveracin se constata principalmente en el vertical de la quebrada El Jengibre, poseedor de estas caractersticas a pesar del grado de inclinacin que ciertamente ha servido de proteccin contra los agentes erosivos. La observancia de grabados en el valle del ro Vigirima de surcos de mayor profundidad y mejor acabados, obtenidos mediante la aplicacin de tcnicas abrasivas posterior al inicial percutido y suavizado con arena y agua, u otros donde solamente se valieron de la percusin y abrasin, hace entrever los diferentes perodos y grupos culturales que trabajaron la roca, plasmando los smbolos de su repertorio iconogrfico.

Se aprecia en estos yacimientos la preponderancia de la figura humana, en rostro o cuerpo entero y asociadas a volutas, lneas curvas anguladas, ausencia de diseos en espiral y crculos concntricos, con poca presencia de puntos acoplados. La presencia de la “T amaznica” en algunos rostros antropomorfos, siguiendo la propuesta de Idler, indicara su autora a los grupos valencioides, con una data no mayor a 1.200 aos.

La posibilidad de plantear horizontes estilsticos, en base al estudio comparativo de las tcnicas de realizacin en lugares fuera de la regin con similitudes en motivos y diseos, es un desafo para futuras investigaciones.

El 76% de los petroglifos estudiados se encuentran en indudable deterioro, lo que pone de manifiesto la urgencia de una intervencin directa a los fines de preservar estos yacimientos contra factores humanos y ambientales. El abocamiento por parte de comunidades organizadas e instituciones gubernamentales, con apoyo de otras instancias sociales, en las labores de defensa de las decenas de sitios de Arte Rupestre de la Cuenca Tacarigense, es una tarea urgente que no resiste aplazamiento so pena de perderse irremediablemente esta herencia cultural dejada por los antiguos habitantes de este territorio y los ingentes beneficios en el mejoramiento de la calidad de vida que desde diferentes enfoques podran aportar.

Todos los sitios de Arte Rupestre del Valle del ro Vigirima se encuentran desamparados, expuestos a sufrir deterioro por factores humanos, los ms perjudiciales. La premisa para la conservacin y difusin de este invaluable legado es estar al tanto de su existencia, el conocimiento y entendimiento de la historia que representan y su significancia como elemento de nuestra identidad. De all que el registro y sistematizacin de los yacimientos y su documentacin sea el primer paso en su defensa, adquiriendo las bases elementales que permitan avanzar hacia el proceso comunitario de empoderamiento del patrimonio.

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Preguntas, comentarios? escriba a: [email protected]

Cmo citar este artculo:

Pez, Leonardo. PETROGLIFOS DE VIGIRIMA:
Dos yacimientos de Arte Rupestre de la Cuenca del Lago de
Valencia, estado Carabobo, Venezuela
. En Rupestreweb,
/vigirima.html

2010

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Glosario de voces utilizadas en este estudio 3v4pj

  • Abrasin.- ARQUEOL. Tcnica para la realizacin de los petroglifos donde se obtenan los surcos por efecto de desgaste por friccin.
  • Alineamiento ptreo.- ARQUEOL. Manifestacin del Arte Rupestre conformado por una serie de rocas dispuestas bajo la forma de hileras.
  • Amazonense.- Perteneciente o relativo al ro Amazonas, o a cualquiera de los territorios o localidades americanos de este nombre.
  • Antropo-geomtrica.- ARQUEOL. Tipo de petroglifo de contornos geomtricos que evoca formas humanas, o que lleva ambas formas -geomtrica y humana- separadamente.
  • Antropomorfa.- (Del Gr. ANTHROPOS, hombre, y MORPHE, forma). ARQUEOL. Tipo de petroglifo que tiene forma o apariencia humana.
  • Apndice.- Anexo, cosa adjunta o aadida a otra, de la que es ria o dependiente.
  • Arawaco o Arawak.- Grupo lingstico y pueblo amerindio cuyas numerosas tribus habitaban en sus orgenes una zona comprendida entre la actual Florida y Las Antillas, hasta Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina. Estudios recientes le atribuyen una procedencia sudamericana. Entre los rasgos culturales ms destacados se encuentran su capacidad para la navegacin tanto fluvial como martima; construcciones sepulcrales del tipo tmulos; clanes de filiacin matrilineal; deformacin craneana del tipo fronto-occipital; construccin de viviendas de planta rectangular o circular, recubiertas con bahareque; y grandes cultivadores, tanto de Yuca Amarga, como de Maz, otros vegetales y algunos derivados.
  • Arbusto.- (Del Lat. ARBUSTUM, bosquecillo). Cualquier planta perenne de tallo leoso y con ramificaciones desde la base.
  • Arqueologa.- (Del gr. ARKHAIOLOGIA, historia de lo antiguo). Ciencia que estudia las civilizaciones antiguas, a travs de sus restos monumentales, el utillaje, los objetos diversos y las inscripciones que han perdurado a lo largo del tiempo.
  • Arte Rupestre.- (Del Lat. ARS, ARTIS, y RUPES, roca). ARQUEOL. Aquellos yacimientos arqueolgicos sobre la superficie de La Tierra que tienen como soporte la piedra y que comprenden los petroglifos, pinturas rupestres o pictografas, alineamientos ptreos, cerros o piedras mticas naturales, batetas, amoladores lticos, geoglifos y micropetroglifos. Tambin se conocen como Manifestaciones Rupestres, petrograbados, petrosmbolos
  • Aruaco.- ETNOL. Dcese del individuo de un pueblo amerindio del grupo chibcha-aruac, de la familia lingstica chibcha, que habita en la desembocadura del Magdalena (Colombia).
  • Asteroide.- (Del Gr. ASTEROEIDES, de figura de astro). ASTRON. De figura de estrella.
  • Asteromorfa.- ARQUEOL. Petroglifo que tiene forma o apariencia de asteroide.
  • Bajo relieve lineal.- ARQUEOL. Tipo de grabado en el que se excava el delineamiento de la figura y sus detalles internos.
  • Bajo relieve planar.- ARQUEOL. Tipo de grabado en el que se excava totalmente la figura.
  • Bien de inters cultural.- Conjunto de bienes muebles o inmuebles, sitios, lugares, documentos, tradiciones, costumbres, entre otros, as declarados por su valor histrico, artstico, social o arqueolgico, que constituyen el patrimonio cultural de la Repblica.
  • Bosque de galera.- El que se forma en una regin deforestada a lo largo de un curso fluvial ms o menos intenso, donde sirve de albergue a una fauna rica y variada.
  • Calcar.- Reproducir con exactitud. // Copiar un dibujo, una inscripcin o un relieve por o del original con el papel o la tela a que han de ser trasladados.
  • Calco (a).- ARQUEOL. Transcripcin directa del diseo de un petroglifo sobre la superficie de la roca, que permite obtener copias de igual tamao y carcter del trazo original.
  • Caliza.- GEOL. Roca sedimentaria de origen generalmente qumico, compuesta por calcita. Cuando sufre proceso de metamorfismo (caliza metamrfica), se origina, entre otras variedades, el mrmol.
  • Catin.- FS. Ion con carga elctrica positiva que, en el proceso electroltico, se dirige hacia el polo negativo (ctodo).
  • Ceremonia.- (Del Lat. CAEREMONIA). Acto o serie de actos determinados por ley o costumbre con que se rinde culto a las cosas divinas o se honra a personas o cosas profanas.
  • Chamn.- ANTROP. Individuo visionario inspirado y entrenado en decodificar su imaginera mental, que en nombre de la colectividad a la que sirve y con la ayuda de sus espritus aliados o guardianes, entra en un trance profundo o estado modificado de la mente sin perder la consciencia despierta de lo que est viviendo, estableciendo relaciones con entidades de carcter inmaterial y modificar hasta cierto punto el orden del cosmos invisible de acuerdo a su inters o al de su colectividad.
  • Chamanismo.- ANTROP. Conjunto de prcticas mgico-religiosas, enraizadas dentro de un marco cultural, donde se posee una cosmovisin segn la cual el concepto de realidad bsica no acaba en los objetos fsicamente perceptibles, sino que se prolonga ms all, en esas dimensiones de la realidad donde habitan seres invisibles, poderes, espritus o nimas que actuaran con el mundo humano y que con su accin configuran una u otra realidad emprica.
  • Crculos concntricos.- ARQUEOL. Diseo geomtrico muy comn en los petroglifos, compuesto por dos o ms crculos que comparten un mismo centro.
  • Cdigo.- (Del Lat. CODEX, libro). ARQUEOL. Combinacin de nmeros (romanos y naturales) y letras que sirven de identificacin a cada petroglifo de un yacimiento.
  • Complejo ceflico.- ANTROP. Manifestacin artstico-simblica de una eclosin religiosa de carcter chamnico-visionaria, en la que la vivencia de las fuerzas internas de la cabeza humana jugaba un papel preponderante.
  • Coordenadas geogrficas.- CARTOGR. Lneas que se emplean para fijar la posicin de un lugar de la superficie de La Tierra, basados en los meridianos de longitud y en los paralelos de latitud.
  • Cordillera.- GEOL. Serie de alineaciones montaosas de forma alargada, pertenecientes a la misma unidad orognica.
  • Cronologa.- (Del gr. KHRONOS, tiempo, y LOGOS, estudio, tratado). Ciencia cuyo objeto es fijar el orden y las fechas de los sucesos histricos.
  • Cuarzo.- (Del al. QUARZ). Mineral transparente o translcido, de aspecto vtreo, incoloro o de color blanco, rojo, amarillo o negro, que cristaliza en el sistema hexagonal y polariza la luz. Forma parte de numerosas rocas.
  • Cuaternario.- GEOL. Segundo perodo de la Era Cenozoica, que abarca desde hace dos millones de aos hasta la actualidad, caracterizado por la aparicin del hombre y la alternancia de perodos glaciares y templados.
  • Cuenca hidrogrfica.- HIDROGR. Regin de convergencia de la escorrenta de las aguas y de alimentacin de los mares, ros y lagos.
  • Culto al crneo.- ANTROP. Ritual funerario de pueblos antiguos americanos y otras regiones del mundo, relacionada con el mundo simblico y espiritual, consistente en la prctica de enterrar crneos aislados, separados del esqueleto y posteriormente manipulados con pinturas o recubrimientos de barro, cal o betn, en forma de reproducciones ms o menos figuradas del rostro humano. Los crneos aparecen acompaados de abundante mobiliario, peanas y figurillas antropomorfas.
  • Diseo.- (Del It. DISEGNO). ARQUEOL. Asociacin de elementos, motivos y figuras de un petroglifo, conformando un conjunto exclusivo y en muchas ocasiones complejo.
  • Documentar.- Instruir, proporcionar a uno los informes, las noticias o las pruebas de determinado asunto o materia. // Demostrar la verdad de una cosa con documentos o pruebas.
  • Elemento.- (Del Lat. ELEMENTUM, principios, elementos). ARQUEOL. Unidad mnima descriptiva de un petroglifo.
  • Espiral.- ARQUEOL. Diseo geomtrico comn en los petroglifos, compuesto de una lnea curva que da vueltas alrededor de un punto, alejndose ms de l en cada vuelta.
  • Esquisto.- GEOL. Nombre genrico que se aplica a cualquier roca de origen sedimentario o metamrfico que puede exfoliarse fcilmente en lminas. Son originadas por proceso de metamorfosis de baja intensidad.
  • Estacin.- ARQUEOL. Divisin de un yacimiento de petroglifos, que se produce cuando se encuentran uno o varios grabados en una o varias rocas dispersas dentro de un rea identificada.
  • Estilo.- ARQUEOL. Conjunto de caractersticas distintivas en un yacimiento de petroglifos tpico o cabecero que se repite en otros yacimientos.
  • Estrato.- Cada uno de los niveles o de las capas en que est dispuesto o de que est formado algo.
  • Etnografa.- ANTROP. Rama de la antropologa dedicada al estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los pueblos.
  • Etnologa.- ANTROP. Una de las cuatro subdivisiones de la antropologa, estudia las causas y razones de las costumbres y tradiciones de los pueblos.
  • Exogamia.- (Del Gr. EXO y GAMEO). ETNOL. Norma reguladora del sistema matrimonial, propia de sociedades divididas en clanes, segn la cual el individuo debe casarse fuera de su propio grupo.
  • Figura.- (Del Lat. FIGURA). ARQUEOL. Identificacin del motivo de un petroglifo con formas que remiten a elementos de la naturaleza (asteromorfa, zoomorfa, fitomorfa, etc.).
  • Filiacin cultural.- Conjunto de rasgos caractersticos comunes en cuanto a los modos de vida y costumbres, conocimientos, desarrollo artstico y social, etc. que tienen dos o ms grupos humanos separados geogrficamente.
  • Fosa tectnica.- GEOL. Depresin lineal o fosa formada por el hundimiento de las rocas de la corteza comprendidas entre dos o ms fallas direccionales paralelas.
  • Frottage.- (Voz sa). ARQUEOL. Calco de un petroglifo que se obtiene fijando un pedazo de papel o tela sobre la roca grabada, frotando sobre l con hojas de papel carbn, obteniendo de esa manera un documento fiel y exacto del original.
  • Geologa.- Ciencia que estudia los elementos que constituyen la Tierra.
  • Geometra.- (Del Gr. GEOMETRIA). Parte de la matemtica que trata de las propiedades del espacio.
  • Geomtrica.- ARQUEOL. Clasificacin de acuerdo a la figura del diseo de un petroglifo, cuando evoca o contiene rasgos asociados a la geometra. Por ejemplo espirales, crculos, puntos, grecas, tringulos, entre otros.
  • Glifo.- ARQUEOL. Grabado o surco.
  • Greca.- ARQUEOL. Diseo o motivo de un petroglifo, formado por lneas quebradas que forman una sucesin de ngulos rectos que se repiten peridicamente.
  • Herbcea.- (Del Lat. HERBACEUS). Que tiene la naturaleza o caractersticas de la hierba.
  • Hierba.- (Del Lat. HERBA). Planta, por lo general anual, que presenta lignificacin muy escasa o nula en todas sus partes, tanto areas como subterrneas.
  • Horizonte estilstico.- ARQUEOL. Petroglifos en el cual las caractersticas distintivas en el estilo se han conservado y mantenido en mayor o menor grado a lo largo del tiempo.
  • Huichol.- ANTROP. Grupo tnico y lengua del mismo nombre, perteneciente a la familia yuto-azteca. Habitan una parte de la sierra Madre Occidental en el norte de los estados mexicanos de Nayarit y Jalisco, conocida como sierra Huichola.
  • Iconografa.- (Del Gr. EIKON, imagen y GRAPHO, escribir). Descripcin y explicacin de las diversas representaciones figuradas sobre un mismo tema. // Coleccin o conjunto clasificado de imgenes.
  • Iconogrfico.- Perteneciente o relativo a la iconografa.
  • Incesto.- (Del Lat. INCESTUS). ETNOL. Relaciones sexuales entre personas consanguneas o afines, a quienes la ley prohbe contraer matrimonio vlido.
  • Inclinacin.- (Del Lat. INCLINATIO, -onis). ARQUEOL. Direccin de la superficie de las rocas con petroglifos respecto a otra de referencia, considerada horizontal.
  • Inorgnica.- Dcese de los compuestos estudiados por la qumica inorgnica.
  • Istopo.- (Del gr. ISOS, igual, y TOPOS, lugar). FS. NUCL. Cada uno de los tomos que pertenecen a un mismo elemento, pero tienen distinto nmero de neutrones.
  • Jeroglfico.- (Del Lat. HIEROGLYPHICOS). LING. Dcese de la escritura de los egipcios y de otros pueblos antiguos.
  • Laminacin.- GEOL. Adelgazamiento que se produce en los estratos blandos (formados de arcillas) intercalados entre los estratos duros (de calizas, areniscas, etc.), en las regiones muy tectonizadas.
  • Levantamiento topogrfico.- GEODES. Representacin en una hoja plana de la configuracin tridimensional de un terreno y de los elementos artificiales o naturales que hay en l, a travs de la utilizacin de tcnicas de levantamiento geodsico plano y otras especiales.
  • Lingstica.- ANTROP. Ciencia que tiene por objeto el estudio del lenguaje y de las lenguas.
  • Lquen.- (Del Lat. LICHEN). BOT. Organismo simbionte de un alga y un hongo.
  • Ltica.- ( Del Gr. LITHOS, piedra). Perteneciente o relativo a la piedra.
  • Manifestaciones Rupestres.- ARQUEOL. Ver: Arte Rupestre
  • Metamrfico.- GEOL. Perteneciente o relativo al metamorfismo. // Dcese de una roca que ha sufrido uno o varios procesos de metamorfismo.
  • Metamorfismo.- GEOL. Transformacin textural y mineral de una roca en estado slido, que se produce en condiciones termodinmicas diferentes a las de su formacin.
  • Meteorizacin.- GEOL. Rotura o desintegracin de la roca sobre la superficie o cerca de la superficie de la Tierra, donde se forma un manto de roca alterada que permanecer in situ hasta que los agentes de la erosin provoquen su movimiento.
  • Meteorizacin fsica.- GEOL. Tipo de meteorizacin en la que se rompen las rocas sin alterar su composicin.
  • Meteorizacin orgnica.- GEOL. Tipo de meteorizacin producida por la accin de algunos organismos vivos como son las races de los rboles o algunos animales con sus madrigueras.
  • Meteorizacin qumica.- GEOL. Tipo de meteorizacin en la que se altera la composicin mineral original de la roca.
  • Mica.- (Del Lat. MICA). MINER. Grupo de minerales de estructura hojosa, que se caracteriza por tener un clivaje.
  • Microqumica.- QUM. Parte de la qumica que trabaja con cantidades muy pequeas de materia.
  • Microqumico.- Perteneciente o relativo a la microqumica.
  • Mineral.- Perteneciente o relativo al conjunto de las sustancias inorgnicas de la naturaleza o a alguna de sus partes.
  • Motivo.- (Del Lat. MOTIVUS). ARQUEOL. Agregado de los elementos que conforman un petroglifo, descrito con trminos tomados de la geometra (triangular, oval, circular, etc.).
  • Nutriente.- BIOL. Nutrimento.
  • Nutrimento.- BIOL. Cualquier sustancia o tejido que sirve de alimento.
  • Orientacin.- ARQUEOL. Posicin o direccin de un petroglifo respecto a un punto cardinal.
  • Ornamental.- Perteneciente o relativo a la ornamentacin o adorno.
  • Parque arqueolgico.- Lugar o extensin de terreno de lmites definidos, generalmente bajo jurisdiccin, proteccin o supervisin de autoridades locales, nacionales o internacionales, dentro del cual, en su contexto natural y ubicacin original, se localizan o concentran bienes muebles e inmuebles de inters arqueolgico, culturalmente significativos, de utilidad pblica, cientfica, ldica o educativa, generados por comunidades desaparecidas o por ancestros de comunidades con representacin en la actualidad.
  • Ptina.- Alteracin superficial de ciertas rocas debido a la meteorizacin qumica.
  • Percusin.- ARQUEOL. Tcnica para la realizacin de los petroglifos donde era golpeada la piedra soporte, directa o indirectamente, con instrumentos lticos de mayor dureza o con conchas marinas.
  • Percutir.- (Del Lat. PERCUOTERE, golpear). Golpear.
  • Petroglifo.- ARQUEOL. Signo grabado en piedra por lo general en pocas prehispnicas, ya sea en grandes, medianas o pequeas rocas que se encuentran al aire libre, muy frecuentemente en las laderas de las montaas y cerca de cursos de agua. Tambin se conoce como petrograbado, petrosmbolo, grabado rupestre, litoglifo.
  • Peyote.- BOT. Cacto de forma esfrica, con espinas anchas y que produce flores de tubo corto. Contiene diversas sustancias alucingenas y principios activos que se utilizaban en prcticas mgico-mticas y medicinales en la poca prehispnica. Crece en regiones secas de Mxico. Esp. Lophophora williamsii.
  • Puntos acoplados.- ARQUEOL. Grabados en la roca de forma semiesfrica que se encuentran formando conjuntos, por lo general complejos.
  • Qumica inorgnica.- Parte de la qumica que estudia la composicin de los cuerpos simples y de los compuestos que no contienen carbono en sus molculas.
  • Registrar.- Mirar, examinar una cosa atenta y diligentemente.
  • Registro.- Accin de registrar.
  • Sedimentaria.- GEOL. Dcese de la roca formada a partir de los elementos de disgregacin de otras rocas ya existentes. // Que resulta de una sedimentacin.
  • Serie.- ARQUEOL. Grupo de estilos similares y contiguos en tiempo y/o espacio debido a la difusin de ciertos rasgos.
  • Serrana.- GEOGR. Terreno integrado por montaas y sierras.
  • Shamnico.- Perteneciente o relativo al chamanismo.
  • Sierra.- GEOGR. FS. Trmino espaol que se aplica a una lnea de montaas de crestas dentadas. Se encuentra como nombre local en Latinoamrica, Espaa y el SO de EEUU.
  • Slice.- MINER. xido de silicio, que se encuentra formando parte de numerosos minerales.
    Simblica.- (Del Lat. SIMBOLICUS). Perteneciente o relativo al smbolo o manifestado a travs de l.
  • Smbolo.- (Del Lat. SIMBOLUM). Imagen, figura, divisa u objeto con que materialmente o de palabra se representa o evoca una cosa o un concepto, por analoga con ellos o por convencin.
  • Sistematizacin.- Accin y efecto de sistematizar.
  • Sistematizar.- (Del Lat. SYSTEMA). Ordenar, clasificar, reducir a un sistema.
  • Soluble.- (Del Lat. SOLUBILIS). Que se puede disolver o desler.
  • Strombus gigas.- Nombre cientfico del estrombo gigante o botuto, especie de caracol marino de la clase Gasterpodos, filo Molusco, que vive en las aguas clidas del Mar Caribe y el Ocano Atlntico. Su caparazn alcanza algo ms de 30 cm. de longitud. Es apreciado por su carne comestible y valor ornamental.
  • Surco.- ARQUEOL. Raya o hendidura en la piedra realizada por percusin y/o abrasin que compone los diferentes elementos de un petroglifo.
  • Sustrato.- (Del Lat. SUBSTRATUS, accin de extender por debajo de algo). Terreno situado por debajo del que se considera. // Fondo o carcter de una cosa.
  • Tcnica.- Conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte. //Manera de actuar conforme a ciertos principios o reglas prcticas, en cualquier terreno o actividad.
  • Tcnicas de relevamiento.- ARQUEOL. Conjunto de procedimientos que permiten obtener los datos pertinentes de un yacimiento de petroglifos, con fines de lograr su documentacin.
  • Toponimia.- (Del gr. TOPOS, lugar, y ONOMA, nombre). LING. Ciencia cuyo objeto es el estudio del origen y la etimologa de los nombres de lugar.
  • Voluta.- ARQUEOL. Motivo integrante del diseo de un petroglifo en forma de espiral o caracol.
  • Warekena.- ANTROP. Etnia del grupo lingstico Arawaco, que habita en la regin amazonense venezolana, principalmente en la comunidad de Wayanapi, a orillas del Guaina-ro Negro y en algunos sitios del Cao San Miguel o Itiwiwini.
  • Yacimiento.- ARQUEOL. Lugar en el que se encuentran restos de inters arqueolgico.
  • Zoo-antropomorfa.-ARQUEOL. Clasificacin de acuerdo a la figura de un petroglifo que contiene en el diseo formas de animal y humana.
  • Zoo-geomtrica.- ARQUEOL. Clasificacin de acuerdo a la figura de un petroglifo de contornos geomtricos que evoca formas de animal o que lleva ambas formas separadamente.
  • Zoomorfa.- (Del Gr. ZOON, animal, y MORPHE, forma). ARQUEOL. Clasificacin de acuerdo a la figura de un petroglifo que tiene forma o apariencia de animal.

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