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Interes cultural de la cueva “La Majagita”, rio Jagey, Loma Miranda, La Vega, Repblica Dominicana 4j6u73

Informe para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD- 3b6y4l

Domingo Abreu Collado [email protected] Arquelogo, Espelelogo, Ambientalista.
Daniel Duval. Fotgrafo, Estudioso de Arte Rupestre.
Francisco Restituyo. Alcalde de La Piedra, Acapulco. (Gua)

Asamblea Nacional Ambiental–ANA-, Inc.


INTRODUCCIN

Los grupos aborgenes que habitaron las islas del Caribe tuvieron sus deidades a las que rendan culto regular, y a las que representaban fsicamente en determinados sitios, atendiendo a la asociacin de estos sitios con determinados fenmenos.

Por lo regular, para estas representaciones recurran a accidentes naturales de gran permanencia o inamovilidad, como son las cavernas, cuevas, abrigos o grandes rocas, las que en ocasiones daban forma a espacios de especial ubicacin o atractivo, convirtindose as en espacios mgicos o de fuerte convergencia energtica.

Estos espacios devenan en ser lugares para la prctica ritual peticionaria o convocante de las energas que, segn sus tradiciones y mitologa, determinaban el curso de los fenmenos naturales, tales como las lluvias, los huracanes, las tormentas, las inundaciones, las sequas y los terremotos.

De gran importancia para el estudio de las culturas amerindias han resultado estos sitios arqueolgicos y rupestres, diseminados por el todo el territorio de la Repblica Dominicana, indicando con ello la gran poblacin que exista en nuestra isla a la llegada de los europeos finalizando el Siglo XV.

Gracias a la presencia de estos sitios y sus expresiones rupestres, sean en pinturas (pictografas) o en grabados (petroglifos), se mantiene un seguimiento de la informacin cultural indgena y se elabora un mapa para la interpretacin del uso dado a los recursos naturales de estas primeras culturas caribeas.

Por esa labor de seguimiento es que se hace tan necesaria e importante la conservacin de los sitios rupestres localizados, lo que incluye, naturalmente y en gran medida, la conservacin y estudio del rea de Loma Miranda y de sus accidentes naturales, principalmente de sus fuentes de agua y las zonas llanas que fueron utilizadas para el asentamiento de los pueblos aborgenes que habitaron esta zona.

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D. Abreu junto a Yucahuguama.
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D. Abreu y F. Restituyo en la Cueva.
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Daniel Duval, en la Cueva.

DESCRIPCION DE LA CAVIDAD DE “LA MAJAGITA”.

Se trata de un espacio determinado por la presencia de dos grandes bloques de caliza, conformando un abrigo de 12 metros cuadrados y 2.40 metros en su punto ms alto, en tanto que su punto ms bajo es de 0.40 centmetros.

Es abundante la vegetacin que rodea esta cavidad, destacndose las altas especies nativas como “cigua prieta (Licaria triandra), mara (Calophyllum calaba) y cabirma (Guarea guidonia)”. Tambin son abundantes las especies arbustivas como el jengibre cimarrn (Renealmia occidentalis); pringramosa (Tragia volubilis); grayumbro (o yagrumo, DAC), (Cecropia schreberiana); Aniceto (Lulania ekmanii); palo de vaca (Bauhinia monandra) y timacle (Chiococca alba)”. (Portorreal y Tavrez, 2011).

Geogrficamente, la ubicacin de este sitio o estacin rupestre es Lat. N. 19, 6, 38.722”, y Long. W. 70, 28, 59.32”. En coordenadas UTM su ubicacin es (19Q) 0343989 y 2113744.

El mayor nmero de petroglifos se encuentra grabado en la roca que delimita el abrigo hacia el oeste, mientras que otros petroglifos aparecen en una roca ms pequea de 1.50 metros de largo por 0.40 metros de espesor.

Otro petroglifo, de bastante realce, ubicacin, esmero en su terminacin y especializacin funcional, aparece en la roca mayor, que es la que sirve de “techo” inclinado a la cavidad.

El piso del abrigo est compuesto por una acumulacin de derrubios y restos de limo, depositado en el interior por las pequeas corrientes ocasionales que bajan junto a la cavidad para caer en el ro Jagey, que corre unos metros 22 metros ms abajo en poca de estiaje.

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Ro Jagey.
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Ro Jagey cerca de la Cueva.
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Ro Jagey y vegetacin.
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Sendero en Loma Miranda.
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Escorrenta desde Loma Miranda.
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Parte del conjunto petroglfico.

DESCRIPCIN DE LAS MANIFESTACIONES RUPESTRES EN EL SITIO.

Un conjunto de 16 (diecisis) petroglifos aparecen grabados en el sitio rupestre de la Cueva o Abrigo de “La Majagita”.

Al llegar al sitio, la primera figura que se destaca es humana y de un abultadsimo abdomen con una depresin en el centro. Se encuentra colocada en la parte ms alta de la roca que le sirve de soporte. La numeraremos Figura No. 1 (uno).

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Figura No. 1 - Imagen de Atabey.

La figura que le sigue en notoriedad fsica, tambin humana, se presenta de cuerpo entero, con los brazos acodados hacia arriba y hechos con doble trazado. La pierna derecha recta y la izquierda trazando un arabesco o greca hacia dentro. De la cabeza salen formas, no necesariamente orejas, sino algn tipo de tocado. La numeraremos Figura No. 2 (dos).

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Figura No. 2 - Centro, Guabancex.

Otra figura humana, colocada junto a la Figura No. 2, se presenta con doble surco definiendo la cabeza, la boca muy abierta y dos surcos oblicuos que atraviesan toda la cara y cabeza a partir de la parte superior de las fosas nasales. La numeraremos Figura No. 3 (tres).

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Figura No. 3 - Mhoru.

Dos figuras antropomorfas similares entre s, poco separadas, pero de tamao diferente, aparecen entre la Figura No. 1 y la Figura No. 3, muy visibles las cabezas, pero no tanto sus respectivos cuerpos. Se encuentra ms arriba de la Figura 3, pero ms bajo que la Figura 1. Las numeraremos Figura No. 4 (cuatro) a la ms grande, y Figura No. 5 (cinco) a la ms pequea.

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Figura No. 4 - Atabey Guatauba y Figura No. 5, Coatrisquie.

Una figura antropomorfa, de cuerpo entero, colocada debajo de la Figura No. 3, con sus brazos hechos en doble trazado y definiendo curvas (no ngulos) hacia arriba. En las “manos” parece sostener objetos esferoidales. La numeraremos como Figura No. 6 (seis).

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Figura No. 6 - Guabancex o deidad desconocida.

Una figura antropomorfa, solo notable por la presencia de la cabeza, muy poco pronunciados ojos, boca y el resto del cuerpo. La numeraremos como Figura No. 7 (siete).

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Figura No. 7.

Una figura antropomorfa, notable por los surcos que salen de sus ojos hacia abajo, un poco oblicuamente. Presenta grandes orejas, aunque no colocadas a la misma altura. Piernas cortas y brazos un poco ms largos que las piernas realizadas en trazos simples bien definidos. La numeraremos como Figura No. 8 (ocho).

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Figura No. 8 - Boinayel.

Figura antropomorfa, muy diminuta, cabeza presentando ojos entrecerrados, no presenta el resto del cuerpo. La numeraremos como Figura No. 9 (nueve).

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Figura No. 9.

Figura antropomorfa, con cabeza de redondez casi perfecta, el cuerpo definido por un surco vertical. La numeraremos No. 10 (diez).

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Figura No. 10.

Conjunto de trazos rectos y muy finos, colocados a la derecha de la Figura No. 10. Numeraremos este conjunto de trazos o rayaduras como Figura No. 11 (once).

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Figura No. 11.

Segundo conjunto de trazos rectos y muy finos, definiendo un hexgono irregular no cerrado y conteniendo en su interior una imagen circular poco visible. Lo numeraremos como Figura No. 12 (doce).

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Figura No. 12.

Colocado en la roca ms grande y que sirve de techo inclinado, en solitario, haciendo frente a las dems figuras, se encuentra un petroglifo muy bien definido, en altorrelieve, de grandes ojos y bien definido espacio bucal, relevando adems la dentadura. La numeraremos como Figura No. 13 (trece).

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Figura No. 13 - Yucahuguam.

Colocado en la roca ms baja se encuentra un petroglifo bien definido por surcos en las partes inferior y lateral derecha, al que numeraremos como Figura No. 14 (catorce).

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Figura No. 14

Separados de la Figura No. 14 por dos profundos surcos, y colocados del lado abajo de sta, se encuentran dos pequeos petroglifos. Uno con ojos y boca bien definidos, a la que numeraremos Figura No. 15 (quince), y otro ms pequeo que la Figura No. 15, solamente con ojos, que numeraremos como Figura No. 16 (diecisis).

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Figuras No. 15 y 16

POSIBLES CAUSAS DE LA PRESENCIA DE ESTOS PETROGLIFOS EN ESTE SITIO ALTO DEL RIO JAGEY Y EN LOMA MIRANDA.

Evidentemente no pasaba desapercibida para nuestros aborgenes la fuerza de los vientos que, viniendo del este (vientos alisios), ascendan por el cauce del Ro Jagey elevndose –a veces estruendosamente– desde la zona llana del Valle de la Vega Real hasta las alturas de las montaas que les reciban cargados de humedad.

Tampoco pasaba desapercibido para ellos la respuesta de las montaas, que al recibir tales descargas de humedad las devolvan en pequeas y grandes corrientes organizadas caada abajo por el mismo ro Jagey.

Para nuestros aborgenes estaba suficientemente claro que esas aguas, organizadas corriente abajo, eran altamente provechosas para sus siembras en las llanuras que comenzaban inmediatamente abandonaba el ro las faldas de Loma Miranda.

Todos esos “fenmenos” y elementos: el viento, las nubes, las lluvias, el cauce, las piedras, el rio, la llanura, la tierra, la vegetacin, sus siembras y sus cosechas estaban ntimamente vinculadas a las voluntades de las deidades en las que crean.

En atencin a esas creencias, nuestros grupos aborgenes tenan localizados esos sitios de convergencia energtica donde podan comunicarse con ellos en caso de la falta o exceso de alguno de esos “fenmenos” y elementos.

Y es esa la razn de la presencia en la Cueva o Abrigo de “La Majagita” de 16 petroglifos representantes de esos “fenmenos” y elementos. Esto hace de este sitio uno de los lugares de reuniones propiciatorias ms notables de esta regin, comparable con lugares como la “Cueva del Ultimo Cielo”, en la zona de nacimiento del ro Yuna; con la “Cueva de la Piedra Letrada”, la “Cueva de la Caada de los Huesos”, todas con petroglifos asociados a la produccin de agua de las provincias La Vega y Monseor Nouel.

IDENTIFICANDO DEIDADES EN LA CUEVA O ABRIGO DE “LA MAJAGITA”

En atencin a las investigaciones realizadas en el Caribe, relacionadas con la identidad y propsito de los diferentes dioses de los grupos aborgenes que habitaron nuestras islas, tenemos las opiniones de diferentes estudiosos a lo largo de muchos aos, comenzando naturalmente con el propio Cristbal Coln, que en una de sus cartas sobre el “descubrimiento” menciona que “Igualmente la mayor parte de los caciques tienen tres piedras a las cuales ellos y su gente tienen gran devocin. La una dicen que es buena para los cereales y las legumbres que han sembrado; la otra para parir las mujeres sin dolor, y la tercera para el agua y el sol cuando ha menester”.

Coln haba designado a un fraile para que obtuviera informacin sobre las costumbres de nuestros aborgenes, Fray Ramn Pan, y se debe a l la mayor cantidad de informacin respecto tanto a las creencias como a los nombres de las deidades veneradas por nuestros tainos.

Fray Ramn Pan enumera en el primer captulo de su “Relacin Acerca de las Antigedades de los Indios”, como titul a su obra, una parte de estas deidades: “Cada uno, al adorar los dolos que tienen en casa, llamados por ellos cemes, observa un particular modo y supersticin. Creen que est en el cielo y es inmortal, y que nadie puede verlo, y que tiene madre, ms no tiene principio, y a ste llaman Ycahu Bagua Marocoti, y a su madre llaman Atabey, Yermao, Guacar, Apito y Zuimaco, que son cinco nombres”.

La Figura No. 1. Jos Juan Arrom, en su obra “Mitologa y Artes Prehispnicas de las Antillas”, se refiere al primer nombre de sta: Atabey, y llama la atencin sobre el trabajo del americanista Daniel G. Brinton, “a quien se debe la magistral monografa que relacion la lengua tana con la arahuaca”. Y es en ese trabajo de Brinton que se determina que el significado de Atabey es “Madre de las Aguas”, y es sta la que aparece en primer trmino y colocacin superior en la cueva o Abrigo de La Majagita, y que es la Figura No. 1 que presentamos aqu, con su vientre abultado (caracterstica de la maternidad) y con una depresin en el centro, Atabey, la “Madre de las Aguas”.

La Figura No. 2, con los brazos en doble trazo, representando fuerza y poder, no est completamente identificada, pero es posible que est asociada o represente a Guabancex.

Fray Ramn Pan, al referirse a Guabancex, la identifica as: “El cual cem es mujer, y dicen que hay otros dos en su compaa; el uno es pregonero y el otro recogedor y gobernador de las aguas”. En esta cavidad de Loma Miranda aparecen estas dos figuras que estn colocadas entre ella (Guabancex) y la figura de Atabey: las figuras Nos. 4 y 5, que representaran a Guataub y a Coatrisquie.

La Figura No. 4 aparece con la boca bien abierta (Guataub pregonero?), a diferencia de la Figura No. 5, que no presenta boca visible.

Atendiendo al resumen y la definicin hechos por Robiou Lamarche, Guataub era el cem “encargado de pregonar y ordenar a otros cemes a producir mucho viento y lluvia. En compaa de Guabancex y Coatrisquie formaba la trada de cemes que producan las tormentas destructivas, los huracanes; una posible manifestacin encolerizada de Atabey”.

La Figura No. 3 nos sugiere ser Mrohu. Veamos su caracterizacin. Segn Fray Ramn Pan, al referirse por primera vez a Mrohu, dice: “Y en dicha cueva (Iguanaboina) haba dos cemes, hechos de piedra, pequeos, del tamao de medio brazo, con las manos atadas, y pareca que sudaban. Los cuales cemes estimaban mucho; y cuando no llova, dicen entraban all a visitarlos y en seguida llova. Y de dichos cemes, al uno le llamaban Boinayel y al otro Mrohu”.

La interpretacin hacia su identificacin realizada por Jos Juan Arrom a partir de anlisis lingsticos, llega a la siguiente conclusin: “El nombre del primer gemelo, Boinayel, de acuerdo con lo que ya se sabe, significa Hijo-de-Boina, la Serpiente Parda. El nombre del otro gemelo, Mrohu, es fcilmente analizable como Sin Nubes, o traducido con mayor libertad, Espritu del Tiempo Despejado. Y de ah que el Seor del Buen Tiempo y su gemelo el Seor de la Lluvia se venerasen juntos en la Gruta de la Iguana y la Serpiente Parda”.

Tenemos entonces a Boinayel, Seor de la Lluvia, y a Marohu, Seor del Buen Tiempo. Boinayel, quizs la deidad ms representada en cuevas y otros sitios rupestres, est claramente identificado por presentar dos profundos canales verticales a partir de sus ojos, por donde corran sus lgrimas a transformarse en lluvia. O como dice Arrom, “Y las gotas de agua que al deslizarse por la faz de los dioses se convertiran en lgrimas seran, por magia imitativa, presagio y promesa de las que haban de caer sobre las sedientas cosechas”.

Sebastin Robiou Lamarche define a Mhoru de la siguiente manera: “Espritu del Tiempo Despejado… Formaba parte del triunvirato regidor del balance climatolgico. Vinculado a lo solar, al tiempo despejado, el cual produca cuando le desataban las manos”.

En esta Cueva o Abrigo de La Majagita tenemos bien identificado a Boinayel (Figura No. 8), cuya caracterstica principal son las acanaladuras verticales que salen de sus ojos. Y en oposicin a esta caracterstica, a Mrohu, similar a Boinayel por ser su gemelo, pero con las acanaladuras oblicuas, en sentido diferente, no salen de sus ojos, por lo tanto no hace llover, hace el tiempo despejado y bueno. Adems, esta representacin de Mrohu exhibe doble trazo sobre su cabeza, lo que puede estar significando al sol o al arcoris, ambos elementos indicadores de buen tiempo y cese de las lluvias.

La Figura No. 6, colocada debajo de la Figura No. 3 (Mhoru) y junto a la Figura No. 2 (Guabancex?), aparece con dos de las caractersticas de sta: brazos de doble trazado, representando fortaleza; y flexados hacia arriba, pero en forma de curvas suaves, tal y como aparece Guabancex en otras manifestaciones en las que suele representrsele con un brazo curvado hacia arriba y otro hacia abajo.

Pero adems, en este caso de la Cueva de “La Majagita, en Loma Miranda, la Figura No. 6 es parte del trazado de la Figura No. 2, de Guabancex, pues es parte de su pierna derecha, extendida, y porta en sus manos objetos esferoidales, probablemente representando rocas, de las que arrastran los ros y que se vuelven destructivas en las grandes crecidas. Recurdese que esta accin destructiva es la que resalta Fray Ramn Pan cuando al referirse a Guabancex dice: “Y dicen que cuando Guabancex se encoleriza hace mover el viento y el agua y echa por tierra casas y arranca los arboles”.

Lgico es deducir tambin la asociacin de movimiento de rocas rio abajo provocado por esta clera de Guabancex, por lo que resulta esta presencia de otra representacin de la diosa o de un ignorado demiurgo hasta ahora.

La Figura No. 13 nos luce como la representacin de Ycahu Bagua Marocoti, hijo de Atabey, “que est en el cielo y es inmortal, y que nadie puede verlo, y que tiene madre mas no tiene principio…”, segn Fray Ramn Pan, tambin identificado como Yucahuguam, el mismo que habl con el cacique Cacihu, advirtindole de la futura llegada de los espaoles, “… una gente vestida, que los habra de dominar y matar, y que se moriran de hambre”.

A juicio de Jos Juan Arrom, la evidencia reunida en resumen de la bsqueda tras la identificacin de Ycahu Bagua Marocoti y Yucahuguam, permite “traducirse libremente por Espritu de la Yuca y del Mar, Ser sin Antecesor Masculino y Seor Yucador”.

La imagen de Yucahuguam que aparece en esta cavidad es la representacin plana de la que aparece tridimensionalmente en algunos trigonolitos, tpicos soportes mobiliarios de tres puntas, “y que creen que hacen nacer la yuca”, como indica Pan.

Es lgico entonces que en un sitio donde nace el agua que va a regar las llanuras donde va a producirse yuca, aparezca esta representacin de uno de los dioses ms representativos de la imaginera, iconografa y mitologa tainas, junto adems con todo un resto de deidades responsables de esa produccin de agua.

Las Figuras Nos. 7, 9, 10, 14, 15 y 16, todas antropomorfas, no presentan detalles que puedan ser tiles para identificarlas con las descripciones hechas por los cronistas de indias o los investigadores posteriores.

En cuanto a las Figuras Nos. 11 y 12, producidas por el rayado con un instrumento filoso, probablemente alguna punta de slex, no puede abundarse mucho. De todas formas, la Figura No. 12, que define un hexgono irregular, y que presenta en su interior una imagen circular apenas visible, pudiera ser la representacin de una guanara, encierro al que se conducan personas enfermas para que sanaran.

Es posible que la propia Cueva o Abrigo de “La Majagita” haya sido utilizada como guanara en algn momento, y que la representacin que aparece en ella haya sido parte de algn ritual de propsito curativo para la persona depositada en su interior.

CONCLUSIN

Vista la importancia natural, espiritual y econmica que tuvo este sitio para los habitantes de la zona pertenecientes a la cultura tana, y probablemente para poblaciones pertenecientes a culturas anteriores a la tana, se plantea la hiptesis de que algunos lugares planos de la Loma Miranda y de otras elevaciones circundantes, estuvieron poblados tanto por cultivadores de yuca y otros rubros, as como por personal especializado en el o espiritual (behiques y sus familias) con las deidades representadas en la cueva bajo estudio y conservacin.

Los materiales de estudio rupestre localizados en la Cueva o Abrigo de “La Majagita” han de convertirse en referente importante para los estudios de arte rupestre indgena, principalmente Tano e Igneri, tanto en las repblicas Dominicana y de Hait, como en las dems islas de Las Antillas

Pocas veces hemos encontrado conjuntos rupestres aborgenes grabados sobre roca tan precisos en su representacin y tan identificados con el entorno y con lo que significaron para sus autores.

Estos elementos culturales localizados en Loma Miranda deben servir para garantizar la proteccin e inalterabilidad tanto del espacio estudiado como de sus contornos.

Aunque el suelo de la cavidad fue ligeramente alterado, creemos que es obligatorio realizar excavaciones en esta cueva tras la localizacin de otras evidencias arqueolgicas asociadas a las manifestaciones rupestres reportadas. De manera que como estuvieron involucrados en el informe preparado para la Xstrata Nicquel, sera conveniente que le dieran seguimiento y realizaran algn sondeo en la cavidad.

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Preguntas, comentarios? escriba a: [email protected]

Cmo citar este artculo:

Abreu Collado, Domingo; Duval, Daniel y Restituyo, Francisco. Interes cultural de la cueva “La Majaita”, rio Jagey, Loma Miranda, La Vega, Repblica Dominicana. Informe para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD- En Rupestreweb, /majaguita.html

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REFERENCIAS

ARROM, Jos Juan. “Mitologa y Artes Prehispnicas de Las Antillas”. Siglo Veintiuno Editores. 1989.

ARROM, Jos Juan. “Nueva Versin con Notas, Mapas y Apndices de la Relacin Acerca de las Antigedades de los Indios”. Editorial de Ciencias Sociales, calle 14 No. 4104, Playa, Ciudad de La Habana, Cuba. 1990.

PANE, Fray Ramn. “Relacin Acerca de las Antigedades de los Indios”. 1498.

PORTORREAL, Ftima y Clenis Tavrez. “Exploracin de Abrigo rocoso en Loma Majaguita, La Vega, Instituto Tecnolgico de Santo Domingo, Museo del Hombre Dominicano. 2011.

ROBIOU Lamarche, Sebastin. “Mitologa y Religin de los Tanos”. Editorial Punto y Coma, San Juan, Puerto Rico. 2006.