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Arte rupestre, tafonoma y epistemologa 1470z

Robert G. Bednarik IFRAO Convener /P.O. Box 216 / Caulfield South, Vic. 3162 / Australia

Publicado originalmente en http://mc2.vicnet.net.au/home/epistem/web/index.html y cedido por el autor especialmente para Rupestreweb. Traduccin de Diego Martnez y Pedro Argello.

Resumen: Una revisin epistemolgica a las relaciones entre el mtodo arqueolgico tradicional y las exigencias de un estudio riguroso del arte rupestre, sugiere la existencia de diferencias significativas. Se consideran aqu los efectos de la teora arqueolgica y el uso de estadsticas en la investigacin del arte rupestre, y se muestra que ellas probablemente generan hiptesis tafonmicamente precarias. Usando la lgica tafonmica como un medio de probar la refutabilidad de hiptesis arqueolgicas se muestra que estas producen poco efecto en el estudio cientfico del arte rupestre, en tanto que ha sido mejor utilizada en campos cientficos tan diversos como la semitica, geoqumica y etologa de los homnidos.

Algunos artculos recientes me han llevado a aproximarme a los temas del estudio del arte rupestre, sus perspectivas arqueolgicas y otras formas de paleoarte, los efectos de la lgica tafonmica y el rol de la epistemologa. Evitar hacer una crtica directa a artculos o a investigadores especficos (de ah la breve bibliografa), concentrndome en aspectos generales, tendencias epistemolgicas de las ciencias y en cambios paradigmticos en los estudios actuales del arte rupestre. Este campo de investigacin, despus de todo, ha alcanzado un cierto nivel de independencia (Odak 1993).

Examinar algunos aspectos de la decadencia de ciertas formas de arqueologa y las relaciones entre sus mtodos y modelos, con aquellos de los estudios del arte "prehistrico"; y la pregunta de cmo los desarrollos recientes pueden afectar la "arqueologa cognitiva". Discutir cmo sta ltima puede sobrevivir a la crisis epistemolgica de la arqueologa: mientras la interpretacin cientfica de los "datos" arqueolgicos frecuentemente puede no ser factible, ciertas hiptesis sobre arte pre-histrico (mejor que "prehistrico") pueden ser susceptibles de refutacin. De los temas mencionados aqu slo una breve discusin es posible, pero todos ellos ya han sido discutidos anteriormente por m en gran detalle.


Estudios de arte rupestre y arqueologa

En todas las disciplinas, la aceptacin de hiptesis est, con mayor frecuencia, basada en los prejuicios de los investigadores que en mritos objetivos (Feyerabend 1975; Kuhn 1970; Thomas 1982; Bednarik 1985, 1990a; Cameron 1993). Pero mientras en las "ciencias duras", las hiptesis tienden, tarde o temprano, a hallarse sujetas a rigurosas pruebas, en arqueologa, la falsacin de la interpretacin no es con frecuencia posible, especialmente cuando son expresadas intencionalmente en trminos no refutables (Bednarik 1992a: 27). En todas las disciplinas, la popularidad de una hiptesis puede ser regida por factores polticos (Lewis-Williams 1993), pero en arqueologa no es necesariamente posible desplazar modelos errneos, debido a que la falsabilidad permanece a menudo evasiva. "La especulacin y la subjetividad son parte del proceso 'cientfico' en arqueologa" (Hodder 1984: 28), su naturaleza no-cientfica ha sido revelada "por un discurso de estilo cientfico" (Hodder 1990: 51), y su rol como herramienta socio-poltica para la creacin de arqueologas idiosincrticas ha sido reconocido (Hodder 1986: 161; vase por ejemplo, Shanks and Tilley 1987; Tangri 1989; Fletcher 1991; Tilley 1993).

La arqueologa adquiere su "ficcin de aceptacin" (Bahn 1990: 75) mediante:

-Una metodologa que con frecuencia no permite su comprobacin.

-Un cmulo de conocimientos, buena parte del cual es, probablemente invlido.

-Enormes cantidades de "datos" materiales seleccionados etnocntricamente.

-Mtodos de induccin que podran no ser crebles, an en caso de que los datos fuesen vlidos (ver Huchet 1991, 1992).

No solo es completamente imposible inferir la sustancia de un fenmeno arqueolgico complejo desde sus "fenmenos observables" (Bednarik 1985), la ingenua lgica de los arquelogos algunas veces aplica resultados en interpretaciones errneas. Al cuantificar datos, taxonomas subjetivas y enteramente ticas son impuestas en los hallazgos. Las clasificaciones arbitrarias derivadas, son entonces tratadas como si fueran entidades reales y micas, an cuando reflejan las categoras cognitivas de los arquelogos, no de los productores o consumidores de los artefactos. Se perciben ndices "cruciales", y los cambios en ellos son interpretados como indicadores de algn cambio demogrfico, cultural o ecolgico. Aunado a lo anterior, existen elementos en los procesos sedimentarios y otros sesgos en la conservacin del material arqueolgico, que probablemente se reflejan en la distribucin y composicin del patrn de evidencias que es finalmente advertido. Estos sesgos tafonmicos no son explicados adecuadamente en la interpretacin de los datos o en la traduccin dentro de la evidencia emprica en la interpretacin arqueolgica.

El propsito final (a largo plazo) de los estudios del arte prehistrico es el de explorar los procesos que de alguna manera han contribuido a la formacin de los conceptos humanos de realidad. Todas las pretensiones del conocimiento humano estn hechas en los trminos de aquellos conceptos, y si encontramos los medios de iluminar los orgenes del antropocentrismo (la interpretacin de la realidad en trminos del estmulo material experimentado por los humanos) podramos tambin adquirir un nuevo entendimiento de las limitaciones que se imponen sobre el intelecto humano. Tal comprensin puede, en un futuro distante, liberar al intelecto de las restricciones impuestas por sus lmites epistemolgicos. Las deficiencias de un modelo conceptual de la realidad no pueden ser percibidas desde adentro como un modelo, por el recurso acrtico de la inteligencia biolgica que es su propio producto (Bednarik 1990b). En un sistema antropocntrico de realidad, las ideas o construcciones mentales deben adherir a su orden inherente, no slo para ser aceptables, sino incluso para poder ser concebidas. (Un ejemplo anlogo es proporcionado en este artculo, el cual tiene que ser descartado por aquellos cuyo pensamiento es dominado por modelos epistemolgicos que garantizan el del intelecto humano a la objetividad). En resumen, los estudios del paleoarte que estn estrechamente conectados con la epistemologa, en realidad los veo como proveedores de datos en bruto sobre los cuales toda epistemologa pueda, en ltimas, estar basada.

Los procesos que condujeron a los humanos hacia modelos de realidad son atribuibles a los marcos de referencia creados por la temprana evolucin cognitiva de los homnidos (Bednarik 1992b). Las primeras cosmologas que son accesibles para nosotros son aquellas que son detectables en las ms antiguas externalizaciones conocidas, lo que sugiere la existencia de conciencia humana.

Podemos an carecer de mtodos viables para tratar sistemticamente esta tenue conexin con los orgenes de nuestro antropocentrismo, pero menospreciar los estudios del paleoarte y relegarlos a un rol subsidiario en la rama humanstica de la etologa de los homnidos, como algunos arquelogos tienden a hacer, implica una grave incomprensin respecto al propsito de la pretensin cientfica.


Sobre el estudio cientfico del arte rupestre

Muchos arquelogos creen que los estudios del paleoarte no tienen relevancia para "la correcta prctica arqueolgica" o que slo pueden tener un uso limitado en la interpretacin arqueolgica. En realidad las ideas que algunos arquelogos tienen sobre los propsitos de los estudio del paleoarte parecen absurdas cuando se considera la clase de modelos que tienen en mente. Estos incluyen la identificacin iconogrfica (p.e. la utilizacin de su propio proceso cortical por medio del cual se equiparan patrones neurolgicos de objetos con la percepcin visual grfica) de objetos supuestamente representados en las obras (tales como herramientas, armas, animales, huellas, etc) los cuales son cientficamente insustentables (cf. Clegg 1983; Tangri 1989; Cameron 1993); o la determinacin "estilstica" y otros patrones de distribucin percibidos, que son vistos como codificaciones de diversos tipos de informacin demogrfica, simblica y cultural, por ejemplo: lmites tribales, difusin cultural, incluso densidades de poblacin.

Algunos arquelogos han adoptado una clara aproximacin ahistrica al arte rupestre, considerando la totalidad de un sitio como remanente de una nica tradicin a menos que otra cosa sea demostrada (Bednarik 1988). La funcin cultural del arte rupestre, la de ser un determinante cultural (Bednarik 1991-92), permanece ignorada tanto en su estudio como en el registro de las dinmicas culturales (reutilizacin del arte rupestre, retoque, respuestas culturales). Se favorecen las aproximaciones estadsticas, pero stas proveen una falsa sensacin de seguridad, produciendo resultados poco fiables, generalmente de limitada relevancia (ver abajo). As, los arquelogos no slo han descuidado el real potencial cientfico del paleoarte, sino que lo han utilizado para propsitos triviales de carcter comparativo, y dentro de esquemas poco adecuados.

Para empezar, la distribucin y los cambios en los "estilos" del arte rupestre a travs del tiempo no estn, necesariamente, en funcin de factores econmicos, medioambientales, culturales, sociales o incluso religiosos (Tangri 1989). Tampoco la aparente continuidad estilstica es prueba de continuidad cultural (o cualquier otra). Incluso, si as fuera, podra no ser de utilidad, en vista de la ambivalencia de los arquelogos al considerar que el estilo reside en el artefacto (Conkey & Hastorf 1990). Por tanto, la correlacin directa entre "datos" arqueolgicos "cuantificables" y arte rupestre supone serios problemas, y la escasez de dataciones confiables para casi todo el arte rupestre mundial solo agrava ms la situacin. Para empeorar las cosas, la principal herramienta en el anlisis arqueolgico del arte rupestre, la estadstica, es invalidada cientficamente cuando es aplicada a los datos cuantitativos. La lgica tafonmica decreta que dichos datos slo pueden ser relevantes al describir el estado actual de un corpus de arte rupestre, y que ellos no estn directamente relacionados a la significacin arqueolgica del mismo.

Para ilustrar los efectos de la aplicacin de la lgica tafonmica, doy algunos ejemplos conocidos. La distribucin del figuras femeninas del paleoltico superior encontradas en Eurasia son descritas como reflejo de la distribucin de una hipottica tradicin que las produjo (Bednarik 1990b). Esto es en gran medida una falacia, ya que podra tratarse de una increble coincidencia el que la distribucin de una tradicin hipottica coincidiera con la distribucin de sedimentos aptos para la preservacin de dichos artefactos. Casi todos fueron elaborados con carbonatos de calcio (dentina o caliza) y todos fueron encontrados en loess o cuevas de caliza, p.e. en suelos con pH alto, ricos en calcita o dolomita (Bednarik 1992c). Igualmente, la aparentemente exclusiva aparicin de arte rupestre del Paleoltico Superior en cuevas no indica que ste fuera endmico de ellas, sino que en efecto esto no fue as (Bednarik 1986: 41). Interpretaciones arqueolgicas errneas, por tanto, son atribuibles a determinaciones errneas del comn denominador de las categoras fenomnicas (ver abajo). Por ejemplo, un comn denominador geomorfolgico es interpretado como arqueolgico, y resulta evidente que esto puede redundar nicamente en una interpretacin errnea. Por lo tanto la tafonoma demanda que la mayora de las interpretaciones en arqueologa deban suponerse falsas, y esto es particularmente evidente en los estudios del paleoarte (para discusiones sobre lgica tafonmica aplicadas al paleoarte, vase Bednarik 1993, 1994a).

La gran diferencia entre la longevidad de los diversos tipos de pigmentos, o los cambios de color que muchos de ellos experimentan a travs del tiempo (p.e. todos los xidos de hierro y los hidrxidos usados en arte rupestre son metastables [cambian con el tiempo]; Bednarik 1979, 1987, 1992d; adems he descrito como los pigmentos blancos se pueden tornar completamente negros y McNickle 1991 reporta pigmentos negros que cambian a verde claro) permite conclusiones similares, como aquellas de la profundidad de los petroglifos sobre los procesos de repatinacin (Bednarik 1979) o sobre la longevidad de los mismos, y otra variedad de aspectos afines. No es coincidencia que el arte rupestre ms antiguo por fuera de las cavernas, consista regularmente en pigmentos rojos oscuros de un matiz particular (la degradacin de los ocres respecto a la fase de la hematita, es adems el pigmento de hierro ms estable y uno de los ms aptos para la retencin intersticial en areniscas; Bednarik 1992e) o de motivos lineares grabados profundamente. Por ejemplo, muchos petroglifos australianos no son grabados sino sgraffiti (no confundir con graffiti), en los cuales fueron utilizados, para lograr contraste, los diferentes colores naturales que presenta la superficie de la roca, ms que los surcos en relieve. Gran parte de este arte no puede esperarse que sobreviva por ms tiempo que el que toma la repatinacin total, y lo que ha sido visto como tendencias "cronolgicas" en el arte rupestre con mayor probabilidad es atribuible a la supervivencia selectiva: las caractersticas cuantitativas del arte rupestre existente son, en primer lugar, un resultado de los procesos tafonmicos, y, en segundo de la produccin artstica. La mayor parte del arte rupestre puede considerarse como perdido en el tiempo, lo que significa que la importancia cultural de las estadsticas existentes est subordinada a su significancia tafonmica. El hecho de que lo anterior no haya sido considerado hasta ahora sino en el nivel ms rudimentario no es un buen presagio para las especulaciones arqueolgicas basadas en la estadstica.

El alcance de las especulaciones arqueolgicas puede ser examinado considerando que las tendencias percibidas son a menudo presentadas como evolutivas, cronolgicas (por el argumento circular) o como evidencias empricas. En adicin a los sesgos geomorfolgicos, muchos otros factores pueden tambin distorsionar enormemente las caractersticas estadsticas del arte rupestre. Entre ellos estn la localizacin, el prejuicio del investigador, las respuestas histricas a iconografas ajenas (p.e. iconoclastismo), o ciertamente cualquier proceso que contribuya a la degradacin del arte rupestre.

El anlisis estadstico del arte rupestre

Por lo general, slo una muestra remanente del arte rupestre puede haber sobrevivido en la mayor parte de los sitios (Bednarik 1992e). No podemos conocer cules caractersticas cuantificables de la muestra que sobrevive son determinadas culturalmente, y cuales estn determinadas por otros factores como la localizacin, el tipo de soporte rocoso u otras circunstancias relacionadas con el medio ambiente. Para ilustrar este punto se podra imaginar una convencin cultural que restringe todos los motivos de un tipo a superficies de granito, y otros de un segundo tipo a caliza: despus de algunos miles de aos ninguno de los motivos del segundo tipo puede haber sobrevivido, debido a que las superficies de caliza expuestas son disueltas por factores ambientales. Las caractersticas estadsticas de la muestra sobreviviente podran ser en mayor medida influenciadas por procesos de seleccin geomofolgica, por lo que resultara ftil especular sobre su significacin arqueolgica. Ellas podran ser significativamente diferentes de las variables estadsticas de otro sitio de la misma tradicin que habra estado sujeto a procesos de seleccin diferentes.

La ms seria limitacin de los anlisis estadsticos en la investigacin del paleoarte es aquella impuesta por la inherente subjetividad de los datos. Independientemente del mtodo usado, las estadsticas que direccionan el contenido del arte rupestre siempre implican una taxonoma de los motivos, ya que la agrupacin de motivos similares es un prerrequisito para dicho tratamiento. An ms, cualquier proceso de creacin taxonmica est enteramente basado en las percepciones iconogrficas o en convenciones grficas y descriptivas definidas por el propio sistema de realidad (etico) del investigador y que no refleja necesariamente la cognicin grfica del artista (emico).

Los arquelogos empiricistas parecen comprender parte de este problema pero la creencia en su propia objetividad an les permite percibir el sentido en la seleccin arbitraria de criterios para crear taxonomas. Ellos creen que pueden detectar y reconocer correctamente las pistas visuales ocultas en un arte ajeno sin recurrir al marco cognoscitivo o epistemolgico de la cultura que estudian, que pueden percibir el "significado" e identificar objetos certeramente (Bednarik 1990b). Se ha demostrado que la identificacin confiable del contenido icnico del arte est restringido a los participantes de la cultura en cuestin (p.e. Macintosh 1977), incluso, la preocupacin ms comn de los estudiosos del arte rupestre es reflexionar sobre la naturaleza de los objetos representados y basar las cronologas e interpretaciones sobre el significado en sus nociones subjetivas. No slo son las especies animales identificadas con seguridad, muchos otros aspectos de las pinturas son interpretados de una manera aparentemente etnocntrica. Por ejemplo, figuras del "arte parietal" Franco-cantbrico a menudo son interpretadas como escenas que denotan embarazo, cada, muerte o el acto de morir, etc., tal como las representaciones en otro corpus de arte son propensas de ser identificadas como bailes, rezos, adoraciones, vuelos, culto, etc. En general, estas interpretaciones de basan en el supuesto de que las convenciones descriptivas en las artes de pueblos prehistricos o etnogrficos son idnticas a aquellas que determinan las percepciones de la cultura, as como las capacidades cognitivas y las limitaciones del observador contemporneo. Podra ser cierto que el espectador moderno logra en ciertos casos interpretar correctamente aspectos iconogrficos del paleoarte, pero esta no es la cuestin. Sera necesario demostrar que los patrones corticales establecidos para detectar la iconicidad son idnticos tanto en el artista como en el observador contemporneo, p.e. que las estrategias, pasadas y presentes, para detectar e interpretar pistas visuales en un trazo son similares (iconicidad refiere aqu a la calidad visual de un motivo que transmite a los observadores contemporneos, sobre todo a los occidentales, que un objeto especfico es representado. Esto es simplemente una herramienta subjetiva de definicin.) De otra manera tales interpretaciones pueden no ser ms susceptibles de falsificacin que otras interpretaciones arqueolgicas.

En principio, parecera que el arte no figurativo, el que consiste de formas "geomtricas", es ms accesible a los anlisis estadsticos que el arte figurativo. De hecho, es todo lo contrario porque aunque hay algn merito en la presuncin de que el observador comparte las percepciones icnicas del artista, esto no puede ser verificado en el arte no icnico. No hay dos motivos de arte rupestre que sean idnticos en todo sentido, aunque en razn a preparar un sitio para el tratamiento estadstico, los motivos que parecen similares deben ser agrupados y considerados juntos. Sin este proceso ningn tratamiento estadstico de algn corpus de arte rupestre es posible. Todos y cada uno de los motivos poseen cientos de caractersticas, y el analista debe decidir cuales han de ser consideradas. Adems resultarn, inevitablemente, tantos tipos de motivos como motivos hay en el sitio. Entre las caractersticas disponibles para la seleccin estn los ndices mtricos, aspectos cualitativos o formales, aspectos de la relacin entre el motivo y el sitio, entre otros motivos y otros sitios, la topografa del lugar, la petrologa o vegetacin antigua, o los aspectos hdricos del lugar o el paisaje circundante, el contexto espacial o sintctico, la identidad o estatus del artista (es un crculo grabado por un hombre el mismo tipo de motivo que el grabado por una mujer, y de no ser as, como podra un arquelogo detectar la diferencia?). No slo los elementos singulares pueden tener amplios rangos de "significacin", definibles nicamente en trminos del contexto prehistrico (considrese Munn 1973). El nmero de caractersticas de cada motivo es prcticamente ilimitado. Muchas de aquellas caractersticas que desafan la definicin arqueolgica pueden ser cruciales para identificar tipos de motivos (p.e. el sexo del artista). As, los parmetros que el investigador(a) escoge, inevitablemente reflejaran sus sesgos y limitaciones personales, culturales, histricas, etnocntricas, acadmicas y cognitivas. En consecuencia, la informacin derivada es de utilidad solamente en los trminos de anlisis de la cultura y cognicin propios del investigador, y en el estudio de la forma en que ste los aplica en el examen de los rastros grficos que sobreviven de sistemas cognitivos ajenos y a los cuales l (ella) no tiene cognitivo. Sin embargo, aquella informacin no es cientficamente relevante para el estudio de la cultura prehistrica en cuestin, excepto para limitados propsitos descriptivos. No se puede esperar que provean datos vlidos para los anlisis estadsticos, o interpretaciones vlidas del paleoarte.

Sobre ciencia y epistemologa

Todo lo dicho hasta ahora en este artculo implica un rechazo a las aproximaciones interpretativas del paleoarte. Se pueden recoger datos selectivamente sobre el arte rupestre y el arte mobiliar, se pueden comparar, especular sobre ellos, generar una infinita variedad de hiptesis (cf. Marshack 1989: 17), discutir las ventajas individuales y las probabilidades de estos, pero ninguna cantidad de informacin iconogrfica o estadstica proporciona interpretaciones falseables (Popper 1934) o refutables (Tangri 1989). Parece casi inevitable que los estudios del paleoarte compartan el destino de la arqueologa ecolgico/materialista o empiricista (cf. Lewis-Williams 1993), pero argumentar aqu cmo se aplica lo opuesto. Algunos arquelogos tradicionalmente han tratado la investigacin del arte rupestre de manera condescendiente, debido a que sus dimensiones culturales e idiosincrticas, por ejemplo, son esencialmente cualidades humanas, dificultando la extraccin de lo que se considera "informacin arqueolgica vlida". An as, es este muy ridiculizado aspecto humano lo que permite el cientfico al paleoarte. Filosficamente, esto debera ser evidente. Todos los fenmenos del mundo fsico estn compuestos por un gran nmero de variables, de las cuales el hombre slo puede detectar aquellas que sus facultades sensoriales y el intelecto le permiten percibir (Bednarik 1984: 29). De ellos selecciona lo que llamo " denominadores comunes cruciales de las categoras fenomnicas" que son la base de todas las taxonomas cosmolgicas. Su seleccin no est determinada por criterios objetivos, en trminos de cmo son las cosas realmente en el mundo, sino por las dinmicas "antropocntricas" del proceso de construccin de realidad de los homnidos: la forma cmo los fenmenos fueron interpretados e integrados en un sistema de entendimiento basado completamente en las facultades humanas. Debido a que los anteriores procesos se derivaron de la evolucin humana, la cual nunca se dic en trminos de definicin de realidades csmicas sino de supervivencia, se debe asumir que ellos proporcionan slo un estrecho espectro de la realidad objetiva. Por consiguiente, no se puede esperar que las construcciones cientficas de la realidad la reflejen objetivamente.

Existen, sin embargo, excepciones a esta regla: un fenmeno que es creado por el hombre especficamente con un propsito relacionado con una facultad sensorial humana slo puede constituirse de variables cruciales que determinan sus externalizaciones fenomenolgicas y que son accesibles a la percepcin humana. El arte es un fenmeno de este tipo; no puede haber ningn denominador comn crucial a las categoras fenomnicas en el arte que sea completamente inaccesible a los humanos. Por lo tanto, el arte es el nico fenmeno en el mundo real que puede ser presentado para proporcionar el humano a tales variables cruciales. En verdad, se puede invertir este postulado definiendo el arte como el fenmeno colectivo en la experiencia humana sobre el cual podemos discutir objetivamente. Esta es una definicin de arte filosficamente razonable (cf. Bednarik 1991). Este lugar comn explica fcilmente cmo los humanos alcanzaron sus estructuras neurales singulares por medio de las cuales se relacionan con el mundo, p.e. su humanidad, a travs del arte ("arte" como es definido aqu). La introduccin de fenmenos constituidos nicamente de variables humanamente perceptibles (produccin de los rastros ms antiguos) podra haber promovido varios acontecimientos: Rastros "intencionales" (considrese por ejemplo, aquellos resultantes de la manipulacin rtmica de herramientas) podran haber suministrado una realidad "manejable conceptualmente", proporcionando conjuntos completos de representaciones, ms que elementos fragmentarios, promoviendo procesos visuales y mentales de construccin taxonmica, y la inclusin de las nuevas estructuras neurales en sistemas de retroalimentacin ciberntica.

"La experiencia conciente", o mejor, lo que entendemos por ello, se debe a que las estructuras neurales promovidas por la produccin temprana de arte estuvieron disponibles para el procesamiento de los estmulos del mundo material, no artificial, en una forma de construccin taxonmica. Esto explica porqu el ltimo resultado, la realidad humanamente percibida, est en el anlisis final determinado por el arte y porqu es al mismo tiempo vlido e inadecuado. Como he anotado en otra parte (Bednarik 1992b), una cosmologa cultural o un modelo epistemolgico falsos, pueden ser formados y mantenidos indefinidamente por una especie biolgicamente inteligente (Jerison 1973).

Discusin

Si la artificialidad del arte nos permite un emprico, al menos tericamente, que no est disponible para los fenmenos naturales, el cientfico "directo" al paleoarte puede tambin ser factible. Asumiendo que las facultades humanas que estn involucradas en la produccin artstica actual (sobre todo el sistema visual) se han mantenido fisiolgicamente similares durante la reciente evolucin humana (Deregowski 1988), algn heurstico debera igualmente ser posible para las artes pre-histticas (esto es el "puente neurolgico" que propuse a principio de los 80s, y que nunca ha sido discutido, ya que los arquelogos han estado ms fascinados por los argumentos confirmacionistas y pseudo cientficos sobre chamanismo; el ms infortunado de los vstagos de mi trabajo; Bednarik 1990c). Otros factores fisiolgicos que afectan la produccin del arte seran la habilidad tctil de los dedos, la capacidad de realizar el apretn de precisin requerido y el movimiento del brazo exacto y bien controlado. Una condicin previa para producir arte (ms que trazos de dedos y plantillas) debe haber sido procurar, sostener y dirigir instrumentos con confianza y precisin; lo que implica no slo habilidades motoras, sino adems la coordinacin de la mediacin entre las habilidades con el instrumento y la operacin del sistema visual (Marshack 1984).

La habilidad para fabricar instrumentos provee dos prerrequisitos para la produccin de arte: precisin de las habilidades motoras orientadas por la visin y la experiencia de observar los efectos de la alteracin de aspectos cruciales del ambiente perceptibles a travs de la participacin. Estos factores pueden haber contribuido al establecimiento de las estructuras neurales que promoveran los patrones comportamentales de produccin del "arte" temprano (Bednarik 1994b).

El cientficamente ms confiable al paleoarte sera entonces, probablemente, mediante la va de los universales no concientes. El mencionado modelo epistemolgico postula la existencia de tales universales y los aspectos de ellos que probablemente son detectables por el hombre. En cualquier comparacin de universales en el arte, primero tendremos que establecer si el comn denominador propuesto puede ser razonablemente asumido como para ser aplicado a la poca en que el paleoarte en cuestin parece haber sido producido. Sujeto a esta condicin, propongo que sera posible detectar en el arte arcaico universales que pueden ser identificados, estudiados y cuantificados en la produccin contempornea (e.g. Arnheim 1964; Berger 1972; Getzels and Csizszentmihalyi 1976; Levy and Reid 1976), bajo condiciones de completa refutabilidad. Para objeto de consideracin, los universales no deben estar relacionados a factores tales como la experiencia cultural, los sistemas cognitivos o las preferencias individuales. Los universales que puedan ser susceptibles de variacin conciente, o que pueden ser el producto de tradiciones de produccin de arte ampliamente arraigadas (como los cnones estticos), no tienen aqu ningn valor para nosotros.

Hago nfasis en que, debido a la posicin especial del arte en la construccin de realidad humana, es mucho ms accesible al examen cientfico que cualquier otro estmulo externo de la experiencia humana, y que cualquier universal dentro de l es fundamentalmente ms confiable que las variables de cualquier otro estmulo externo por nosotros conocido: el fenmeno que ellos definen existe totalmente en la esfera de la experiencia humana, esto no tiene otras dimensiones de realidad ms que las que nosotros como humanos podemos entender. De ah que los universales a los que refiero (enfatizo que este concepto de universales es mucho ms sofisticado, y no est conectado con las nociones de chamanismo o connotaciones epigrficas "universales") pueden ofrecer un acercamiento epistemolgicamente razonable al arte rupestre. Junto con la herramienta altamente eficaz de la lgica tafonmica, tales aproximaciones prometen un rigor cientfico en los estudios del paleoarte en el siglo XXI, lo que es probablemente inalcanzable por la arqueologa convencional.

Preguntas, comentarios? escriba a: [email protected]

Cmo citar este artculo:

BEDNARIK, R.G. Arte rupestre, tafonoma y epistemologa.
En Rupestreweb, /bednarik2.html

2004

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